«De oca en oca y otro empate porque es lo que toca»

Mis primeras líneas de esta opinión quiero que sean para mi amigo y gran malaguista Carlos López, delegado, responsable de seguridad, alma mater del club, pacificador incansable de la grada de animación, emotivo detalle hacia su persona de la afición allí ubicada ayer en La Rosaleda, y casi director general del club en la sombra en tiempos de orfandad de la propiedad, que ya quedan lejos, para desearle de corazón que pueda ganar la batalla a su enfermedad y pueda seguir ejerciendo su magisterio de años de experiencia para el malaguismo y, de manera muy especial, para su hijo Carlitos, guardameta del primer equipo blanquiazul.

¡Ojalá!, que la Pilarica, Nuestra Señora del Pilar, y el Santísimo Cristo de la Expiración, a los que siempre ha venerado le ayuden y den fuerzas en estos graves momentos de dificultad. Rezo por ello e imploró a María Santísima de los Dolores porque así sea.

¡Mucho ánimo!, amigo mío.

Respecto al encuentro de ayer hay que decir que el Málaga CF se encontró con un punto inmerecido, pese a su lucha y brega sobre el césped del estadio de La Rosaleda, para terminar perdiendo dos puntos más en el último minuto de descuento del partido frente al Real Oviedo.

Antes de continuar hago un Kit Kat.

El malaguismo se ha encontrado con una “estrella” que por su juventud e inexperiencia tiene que ir creciendo y seguir su aprendizaje en el fútbol profesional. Frente al conjunto del Principado de Asturias Antoñito Cordero jugó diez minutos más el descuento y le dio tiempo para provocar una tarjeta amarilla a un rival, botar una falta con cierta peligrosidad y, una vez más, con sólo 17 años, asumió la responsabilidad de lanzar un penalti en el último minuto del añadido del segundo periodo.

En esta oportunidad, al contrario que en el envite frente al Albacete, el ex guardameta del club costasoleño Aaron acertó a detener su lanzamiento.Pues en las redes sociales he tenido que leer que por culpa de Antoñito Cordero el conjunto malacitano perdió dos puntos. ¡La madre que me parió!, que en paz descanse, y no quiero añadir ninguna otra cosa o mi siguiente frase no será tan respetuosa. Los de Sergio Pellicer pudieron perder fácilmente este encuentro 1-3 aún habiendo marcado el gol de penalti.

Este equipo tiene corazón y no se rinde nunca mientras que el vestuario es una familia con un alma extraordinaria desde la noche de Tarragona pero con eso no basta. Le falta calidad a muchos futbolistas para esta categoría, los fichajes de refuerzo apenas están aportando nada a la plantilla que ya estaba formada, lo que quiere decir que Loren Juarros, director deportivo, no ha realizado bien su trabajo en el mercado de fichajes. Ninguna novedad al respecto de otros mercados de fichajes por parte del club y los responsables de llevarlos a cabo. Sin embargo la travesía por la Liga Hypermotion no puede navegarse sin los mimbres necesarios para construir un barco que al menos nos lleve a buen puerto de la permanencia.

Lograr el objetivo de los 50 puntos es casi imposible empatando todos los encuentros y aún menos si no se hacen buenos éstos empates con las victorias necesarias. Otra vez y van…, Alfonso Herrero fue el Santo que evitó lo peor para los blanquiazules mientras que sus compañeros deambularon por el césped de La Rosaleda sin un sentido claro a la hora de ir hacia la portería adversaria. En definitiva, o el equipo y Pellicer se convencen de que éste no puede ser el único camino o el objetivo de la permanencia se irá complicando hasta hacerse muy cuesta arriba en el momento cumbre de la temporada.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.