Por supuesto que llegados a este punto del camino, lo más sensato es renunciar a que Málaga sea sede del Mundial de Fútbol 2030. Hay muchos más motivos, si la lógica tiene que imperar, para renunciar que seguir en esta “loca carrera” de plazos, cientos de millones de euros, gravísimo perjuicio a casi 16.000 abonados…