«El Málaga necesita un presidente y un entrenador»

Con independencia de lo que se decida en los próximos días por la dirección deportiva del Málaga CF, más allá del dictamen de la grada blanquiazul, por encima de la decisión final de quien hace las veces de presidente del club sin serlo, y lo que es peor, sin conocimiento alguno del mundo del fútbol, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.

Era cuestión de tiempo y de lógica que los malaguistas perdiesen un partido en casa antes o después y que un encuentro al estilo de los infumables lejos de La Rosaleda se diese en Martiricos. Sí, porque nos guste o no, el equipo y su entrenador, José Alberto López, estaban sacando adelante los partidos como locales a fuerza de ímpetu, coraje y el empuje de la grada de animación, pero sin fútbol alguno y pidiendo la hora las más de las veces.

Sin embargo, el serial de derrotas y encuentros vergonzosos alejados de la capital de la Costa del Sol se ha mantenido inalterado casi toda la temporada. José María Muñoz, triste administrador judicial del club, nada ecuánime en sus decisiones respecto a uno de los principales accionistas de NAS Spain, la sociedad propietaria del Málaga CF, junto al director deportivo, Manolo Gaspar, decidieron meses atrás no ofrecer en tiempo y forma, un contrato digno al entrenador de los “milagros” Sergio Pellicer.

El técnico que, sin apenas jugadores e inversión, logró que los malaguistas no pasaran la vergüenza de ver a su club en la Segunda División B fue ninguneado y nada respetado por ambos. Una vez que ambos renovaron al último infantil de la cantera es cuando decidieron ponerle encina de la mesa una renovación injusta e insuficiente al míster que evitó la desaparición deportiva del club que hubiese conllevado también la económica.

Cuando ya había algo más de dinero para fichar y formar una plantilla que pudiese competir con el sueño del play-off por el ascenso no apostaron por un hombre de la casa que había hecho méritos para continuar y se fijaron en un gran trabajador como José Alberto López, pero sin experiencia alguna en navegar con trasatlánticos como el club costasoleño. El tiempo está demostrando que la decisión, además de injusta fue un enorme error.

Ya no es cuestión del encuentro frente al Amorebieta, un recién ascendido que te pinta la cara en La Rosaleda y se va silbando. Ni de la vergüenza que el malaguismo pasó en Burgos, frente al Cartagena o en Ponferrada. Tampoco de que este equipo aún no haya sido capaz de ganar un partido fuera de casa después de completar casi la primera vuelta del campeonato. Ni siquiera es el hecho de que el técnico gijonés no sea capaz de tener alternativas tácticas a los sistemas de juego y variables en un partido de sus homólogos en el banquillo. O de que casi nunca realice bien las sustituciones, ni a tiempo, o simplemente no las haga.

No es que además con un doble discurso torticero quitase a Dani Barrio de la portería para mantener en ella contra viento y marea a Dani Martín. Que haya condenado al ostracismo a varios canteranos del primer equipo en favor de futbolistas de su confianza que no mejoran en rendimiento a los que ya había y cuyo juego con Pellicer resultó excelso.

NO, todas esas cuestiones ya son menores porque lo que representa hoy José Alberto López es un TODO de ineficacia e incompetencia que le lastran a ojos del malaguismo y al más elemental análisis de la temporada. Y con él, a un director deportivo que ha dejado sin un nueve goleador como tal al equipo casi toda esta primera parte del campeonato junto a un administrador judicial que igual no sabe aún, ni lo que éso significa en el equipo.

El asturiano no es el culpable de estar sentado en el banquillo malaguista, sí lo son aquellos que decidieron traerle por encima de la continuidad de Sergio Pellicer y que seguirán respaldándolo con el ruin mensaje de que e objetivo es la permanencia y el equipo sigue más cerca de los puestos de la promoción de ascenso que de la zona baja de la tabla.

El Málaga CF está perdiendo una oportunidad histórica para conseguir lo que nadie esperaba a principios de la temporada y lo está tirando por la borda. Los responsables de este desaguisado pueden seguir en el limbo o tomar decisiones antes de que sea irremediable.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.

AJ Merchán durante un programa de Radio Marca