Bueno pues ya estamos otra vez con “la burra al trigo”. Servidor lleva semanas advirtiendo que la opción de hacer la goma como en el ciclismo cuando hablamos de un club de fútbol ni es una forma de proceder en la Liga Hypermotion y aún lo es menos para una entidad como el Málaga CF.

En lo futbolístico todo el mundo va a responsabilizar a Sergio Pellicer de la marcha del equipo, es indudable que es uno de los culpables de la clasificación de los malaguistas y que muchas de sus decisiones han sido desacertadas esta temporada. Sin embargo y aunque sus horas puedan estar contadas al frente del banquillo costasoleño con un cese casi decidido por el máximo responsable del club, José María Muñoz, el de Nules no es el único responsable.

Precisamente es Muñoz, con la anuencia de su señoría María Ángeles Ruíz, el padre de la criatura malacitana que ha traído a la capital de la Costa del Sol al actual director deportivo, Loren Juarros, cuya labor está cada día más cuestionada. Si la temporada de Sergio Pellicer en la dirección técnica del equipo es de traca, los fichajes de Loren Juarros son de castillo de fuegos artificiales de las Fiestas del Sur de Europa.

La falta de calidad, cuando no de profesionalidad y compromiso de algunos futbolistas es impropia de la categoría en la que juegan y de la defensa de los colores que afirman representar. Pero en las circunstancias actuales no debemos obviar que todo lo que está ocurriendo en el Málaga CF, SAD trasciende de lo meramente deportivo.

El Malaguismo vive en un bucle institucional

La intervención judicial más extensa en la historia de ningún club deportivo español o europeo, no designar ya una propiedad cuando pueda haberla perfectamente de la entidad de Martiricos y que la Audiencia Provincial de Málaga siga permitiendo el “secuestro” judicial de la entidad costasoleña supone una “sentencia de muerte” si la solución a todo ello sigue dilatándose en el tiempo.

Así que el malaguismo ha entrado en pánico porque lo que está recordando es el descenso de categoría de hace dos temporadas y que además el salto de calidad que se suponía iba a dar el equipo esta campaña liguera lejos de producirse empieza a convertirse en una losa como una promesa electoral no cumplida por un  cargo público.

El Málaga CF sufre un bucle judicial y por ahí empiezan todos sus males. Nada bueno se puede esperar de Abdullah Bin Nasser Al Thani o de sus hijos. Y en los últimos meses tampoco ha dado un paso adelante elocuente de cara a la afición del club malaguista, Jamal Satli Iglesias, el otro propietario mayoritario de la entidad blanquiazul.

Así que deben de ser las instituciones malagueñas y la afición malacitana quienes den el paso necesario para corregir esta situación. Hoy, mañana o en unos días puede ser cesado Sergio Pellicer, como solución de urgencias a muchos les parecerá bien. Pero nada se va a solucionar de verdad mientras el Málaga CF siga intervenido judicialmente sine die.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.