Fuera los fantasmas de aquí…

El empate en Riazor sirve para alejar a los fantasmas. Los deportivos y espero que los extradeportivos. Después de una derrota como la del Elche, era clave no acumular otro resultado negativo. Es cierto que los pesimistas podrán decir aquello de que el Málaga de Pellicer no gana en las últimas tres jornadas y que dos puntos de nueve no puede ser visto de ninguna manera como un balance positivo. Es verdad, la racha no es buena. Alargar lo máximo la primera crisis de la temporada es el objetivo cualquiera al que aspira un club. Ya sea grande, mediano o pequeño.

Por lo tanto, sumar un punto e impedir la segunda derrota consecutiva solo puede ser bueno. Aleja los fantasmas del baño de la semana pasada, aunque otros siguen vigentes. Como el fantasma del ‘9’. Ese que de momento tiene con parálisis del sueño a Roko Baturina y Castel. Por otro lado, la aparición de Izan durante la segunda parte fue un soplo de aire fresco y una patada a la puerta que le faltaba por derribar. Un buen debut en el fútbol profesional tras los minutos que tuvo hace unas semanas en La Rosaleda. Ahora sí, está preparado y ya debe comer en la misma mesa de Juanpe o Sangalli, como poco.

Por demás, ya solo queda alejar el fantasma de la violencia de nuestra casa. No queremos gente, por llamarlo de alguna manera, que utilice el fútbol como medio para darse de hostias sin más pretexto que el de pensar que son más malaguistas que el resto. No, no lo eres. No eres el Málaga, el Málaga somos todos, desde el primero que sufre con una ocasión rival en las gradas de La Rosaleda al que lo ve a miles de kilómetros porque está fuera de casa. Ya está bien de que los de siempre se adueñen de los símbolos de todos. 

José María Muñoz llega tarde a esta película. Les abrió la puerta del club, del vestuario, de su despacho y ahora… ahora ya no sabe dónde meterse. Hablando de fantasmas… auguro tiempos muy complicados para el señor administrador, que había vivido bien unos meses con Kike Pérez como escudero y el equipo en buena dinámica. Fuera los fantasmas, pero todos y de una vez.