«Lo que va del ‘Sabio de Hortaleza’ al de Nules…»

El hombre “milagro”, con sus pros y sus contras, del Málaga CF es, en el último lustro e incluso antes, Sergio Pellicer. El referente histórico del banquillo del Atlético de Madrid, hasta la llegada del Cholo Simeone, con debut en La Rosaleda, por cierto, ha sido Luis Aragonés. Pues el “Sabio de Hortaleza” siempre fue contundente sobre el hecho de adelantarse 2-0 en el marcador: “Si no cierras el partido, es el peor resultado posible. Todo el equipo piensa que el encuentro está resuelto con esa ventaja, se relaja y al final pierdes o empatas”.

La verdad es que cuando vi el segundo gol de Chupete anoche —por cierto, qué manera de estrenar el nueve en su camiseta, extraordinario el cordobés—, me acordé de la dichosa frasecita. El primer gol, digno de los mejores delanteros de la categoría, pensando sobre la marcha y marcando un gol de cabeza con vaselina incluida, para que Luca Zidane solo pudiese hacer la estatua y girar la cabeza para ser espectador de primera fila del golazo del canterano. Sí, porque fue marcar Chupete y, salvo algún remate aislado, ahí terminó el juego ofensivo blanquiazul para dar paso a un Granada CF que resucitó en Martiricos y que, en la segunda mitad, incluso pudo remontar el partido.

Por cierto, la acepción del diccionario de la Real Academia Española es clara: “Remontar, dicho de un equipo o de un deportista: superar un resultado adverso o ganar posiciones en la clasificación”. Es solo un pequeño apunte gramatical para explicar por qué yo opino que los de Pacheta —buen entrenador y mejor persona— no lograron remontar el resultado, aunque sí empatar el envite.

Antes del descanso ya pudo atisbarse el bajón de concentración y la relajación del Málaga CF, así que, tras un par de avisos visitantes y no sin algo de fortuna, llegó el gol granadino por medio de Casadesús. Lo mejor del primer tiempo blanquiazul, además de Chupete, lo firmaron Juanpe y Joaquín Muñoz. El primero repartiendo juego y moviendo al equipo; el segundo, dando pases entre líneas, como en la jugada del 2-0. Ambos desaparecieron en la segunda mitad, como el resto del equipo.

En la reanudación, Pacheta se impuso desde el banquillo a Sergio Pellicer, por más que el “míster” malaguista corrigió decisiones. Con Izan Merino acabó con una línea de tres en defensa o intentó con Lobete —qué mal está empezando la temporada— darle otro aire al equipo. Si le sumamos que Gabilondo —qué puñetas sigue haciendo en este equipo este futbolista con corazón y entrega, pero ninguna calidad para la categoría— tuvo que suplir a un Carlos Puga lesionado y que un Granada CF con el “cuchillo entre los dientes” puso en liza a un excelso Pascual, la resultante fue el 2-2 final en el partido tras el gol en el minuto 50 de Alemañ.

Y menos mal…, porque pudo ser peor si no fuese por Alfonso Herrero bajo los palos de la portería malacitana. No pasa absolutamente nada. Lo digo para los agoreros y los muchos que se enfadaron anoche con el empate. Firmo ahora mismo, donde sea, ocho puntos de doce disputados en lo que resta de la temporada; jugaríamos play-off de ascenso y vete a saber si alguna sorpresa más. Además, ya hemos jugado contra tres de los ocho equipos aspirantes por presupuesto al ascenso, y los malacitanos siguen invictos. Toque de atención por la segunda parte jugada ayer, para técnico y jugadores sin ninguna duda, pero el empate sirve para seguir creciendo y pensar ya en el siguiente encuentro frente al Huesca.

Para terminar, varias consideraciones:

• Lax Franco fue un muy mal árbitro, consintiendo la dureza en muchas acciones de recuperación del balón al conjunto granadino y desesperando a la grada malaguista con un arbitraje de los denominados “halcón”. A mi criterio, no señaló en la última jugada de ataque malaguista un posible penalti a Dotor. El defensor tocó balón primero en el despeje, pero se llevó puesto al atacante blanquiazul.
• El VAR es un puñetero cachondeo. Es un acto de fe pensar que los dos goles del Granada CF —que mereció el empate e incluso la victoria— no son fuera de juego en el inicio de la jugada, sobre todo el primero, y en la finalización del mismo en el segundo gol.
  La línea que se nos muestra por el VAR de la realización del partido deja todas las dudas del mundo al respecto y aclara bien poco, por no decir que lo contrario. El fuera de juego milimétrico es una farsa del fútbol moderno, otra más.
• Totalmente de acuerdo con Sergio Pellicer: es un insulto a la inteligencia y una falta de respeto absoluto a la competición, a los clubes que la juegan y a sus futbolistas el calendario actual de FIFA y UEFA respecto a las selecciones Sub-21.

Si se para la competición en la Primera División, debe hacerse lo mismo en la segunda categoría del fútbol español. Lo contrario es una gravísima adulteración de la competición que perjudica de forma clara a quienes pagan a los futbolistas. Y añado: tener previstos jugadores reservas por si surge alguna lesión es lícito; convocar a un futbolista como Adrián Niño para luego descartarlo, por parte del seleccionador nacional, el último día, es una tropelía indigna de un buen entrenador, que además puede afectar anímicamente al delantero en las próximas semanas. Ojalá que no sea así. Buen domingo a todos y que tengamos una buena festividad de la Patrona de Málaga, Nuestra Señora la Virgen de la Victoria, aunque el Málaga CF no la consiguiese anoche.

¡Memoria, Comprensión y Fe!, sobre todo esto último.

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