Pellicer… ¿A qué estamos jugando?

Vaya por delante que la plaga de lesiones que el Málaga CF está sufriendo no es normal, como tampoco lo es que, desde que el administrador judicial, José María Muñoz, despidiese a Marcelino Torrontegui de forma lamentable y sin respetar a un icono del club, en esa parcela la entidad malaguista baile la conga. Dicho lo cual, tengo que añadir que la gestión de las lesiones y los cambios que viene realizando en el equipo Sergio Pellicer no parece estar siendo la adecuada. Pero más allá de sus decisiones, lo que ya resulta obvio es que el trabajo de Loren Juarros, director deportivo, una vez más ha sido insuficiente, puesto que la unidad B del equipo puede que sean relevos naturales por puestos, pero la calidad de estos comparada con los teóricos titulares es ínfima, salvo en alguna excepción.

Si le unimos que hay futbolistas en el equipo que no deberían haber continuado esta temporada, quizás empecemos a encontrar algunas de las razones del nivel de juego que los de la capital de la Costa del Sol están mostrando en las últimas jornadas. Bien es verdad que otro de los problemas de lo que va de curso liguero es el “míster” Sergio Pellicer. ¿A qué se supone que estamos jugando? En lo que llevamos de temporada ha cambiado el sistema de juego en varias ocasiones y no siempre en función del rival o del plantel disponible. La táctica de despoblar el centro del campo o de jugar a verlas venir ha servido para que regalemos varios primeros tiempos y alguna que otra segunda mitad, como el día del Granada. En los dos últimos encuentros frente al Huesca y el Cádiz, los malaguistas no comparecieron en la primera parte, y aunque en ambos encuentros se merecieron el empate en la segunda mitad, en ambos perdieron.

Ayer los de Garitano, y lo que es peor, a medio gas, pudieron irse al descanso con el envite resuelto con dos o tres goles de diferencia. Aunque el de Nules cambió jugadores y sistema de juego una vez más, el desacierto en los hombres de ataque volvió a dejar a los blanquiazules sin un mal punto que llevarse a la boca. La cuestión es qué le viene mejor a este equipo: si un falso 1-3-5-2, un clásico 1-4-4-2, un 1-5-3-2, un 1-4-3-3, un 1-5-4-1, un 1-4-3-2-1… o la madre que me parió, porque casi todo lo ha probado ya Pellicer en seis partidos. Ayer, además, cometiendo el grave error de poner a jugar a Adrián Niño sin estar recuperado del todo y provocando que se rompiese. Lógico si, en lugar de situarlo de falso nueve, lo coloca en la banda con el lamentable Víctor García. El chaval tuvo que hacer las veces de lateral izquierdo cada vez que subía o defendía mal su banda. Juanpe estuvo en Juanpe, es decir, demostrando que en muchos partidos le viene grande este equipo y la categoría. Einar Galilea ayer jugó y el técnico dejó fuera del once al joven Recio, que estuvo algo más que bien en Huesca. Nada comprensible su decisión. Chupe fue una isla sobre el terreno de juego durante 48 minutos. Montero, y ya van dos partidos, no estuvo bien y, además, regaló con su error el gol al cuadro gaditano. Larrubia mejoró su rendimiento en la continuación del envite, pero sigue lejos del de las primeras tres jornadas.

En definitiva, que entre las ausencias por lesión y las decisiones técnicas ya se nos ha olvidado ganar, y esas dinámicas nunca son buenas. Pero lo fundamental es otra cosa antes que ninguna otra: Pellicer, ¿a qué se supone que estamos jugando? ¿Queremos protegernos o jugar valientes y a ganar como en la pretemporada? Cada día tiene más consistencia aquella frase del “míster” y mi aseveración posterior: “Cuando uno dice que se va, es que ya se ha ido”. Si le unimos a la que dijo en la rueda de prensa previa al partido frente al conjunto de la Tacita de Plata, no tiene buena pinta la cuestión, aunque lleve más razón que un santo: “Lo ideal para que el club funcione como cualquier otro club es que la administración concursal termine ya”. Por mucho menos hay históricos del club como Manuel Hernández Navarrete fuera del club, pero de ello ya hablaremos otro día.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.

Postdata: aunque hay que dedicarles una editorial entera para ellos solos: “GRACIAS UNICAJA”, sois el mayor orgullo deportivo de esta ciudad.