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El Ayuntamiento de Torremolinos tiene previsto poner en funcionamiento un radar disuasorio en la Avenida de la Libertad, concretamente en el tramo que existe entre el cruce de El Pozuelo y la rotonda que hay en la confluencia con calle José María Amado, al objeto de evitar el alto índice de siniestralidad de la misma.
El radar estará activo los viernes y sábados en horario nocturno y, excepcionalmente, cuando las circunstancias así lo aconsejen, por ejemplo, con las campañas de la DGT. En caso de que en tales circunstancias se active, el consistorio lo anunciará previamente a la ciudadanía.
El objetivo es evitar que los vehículos alcancen gran velocidad en el tramo previo a esta rotonda que acumula numerosos accidentes a lo largo de los años, en muchos de los cuales el exceso de velocidad unido al consumo de alcohol y sustancias estupefacientes han sido las causas principales, según se extrae del estudio de los siniestros que han tenido lugar en este punto, que también pone de manifiesto que casi la totalidad de los percances han tenido lugar entre las dos y las cinco de la madrugada.
La velocidad máxima permitida en la zona donde se ubica el radar es de 40 kilómetros por hora, si bien en el siguiente tramo, más cercano a la rotonda, la misma se reduce a 30 kilómetros por hora.
El informe de propuesta de mejora vial de la Policía Local concluye que los conductores, al observar la recta, tienden a acelerar y superar con creces la velocidad máxima permitida, produciendo un efecto túnel en su visión, lo que les impide percatarse de la señalización existente. A continuación, se encontraban con el primer badén y, al tratar de corregir el vehículo, se encontraban con un segundo que los desestabilizaba perdiendo el control del mismo y chocando contra la rotonda que en ocasiones ha llegado a hacer efecto de catapulta.
El Ayuntamiento de Torremolinos informará a través de sus redes sociales del momento a partir del cual estará en funcionamiento este radar.
Otras medidas implantadas
La colocación de un radar se une a otras medidas previas como el reasfaltado y pintado de la vía, la eliminación del primer badén para reinstalarlo unos metros antes de la confluencia con la calle Sebastián Souvirón, en la que se han colocado resaltos de caucho previos para proteger la entrada y salida de vehículos de esa calle, y la instalación de un semáforo que se ilumina en rojo cuando se supera la velocidad permitida.
Estas actuaciones responden a la solicitud de los propios vecinos que muestran gran preocupación, ya que en muchos de los siniestros el vehículo ha terminado atravesando la acera y cayendo en el interior de una zona ajardinada o incluso en el parking de uno de los bloques de viviendas aledaños.