EL COBARDE ATREVIDO

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Eran las cinco menos diez minutos de la tarde, faltaba una hora para el duelo, cuando la alineación del Málaga se hizo oficial. Cuatro titulares del partido ante el Reus se fueron al banco, tres de ellos figuran como futbolistas con más minutos de la plantilla. Muñiz ha mutado. El 1-4-4-2 por decreto cae y el resultado es incierto. Una hora de análisis sin ver jugar al equipo. Una hora para intentar averiguar qué tenía preparado el asturiano con Hugo Vallejo y Keidi Bare en el once. Una apuesta arriesgada de alguien que es considerado un cagón por muchos de los aficionados blanquiazules, incluidos entre los que le defienden.

 

Debo ser el único que piensa que Muñiz es un valiente. En la apuesta de ayer salió cara en la moneda. Podía haber salido cruz, porque el partido de los malaguistas no fue bueno, pero salió cara. Tiene mérito ‘castigar’ con el banquillo a cuatro jugadores importantes del vestuario. Más todavía cuando ha sido el propio Muñiz el que ha apostado por ellos a veces de manera inexplicable, como con Juanpi.

 

Es un gesto de valentía absoluto que de haber salido mal hubiese dejado tocado al asturiano y no solo por el resultado. Pero salió bien. Parece algo sencillo pero pocos entrenadores de los que he visto pasar por el Málaga han sido capaces de tomar una decisión tan radical en un momento tan turbio del curso.

 

Su fútbol puede ser cagón, no lo niego, pero la personalidad del entrenador del Málaga es la de ser un valiente. Creo que no hacia falta que lo demostrara después de haber cogido al Málaga más pobre de Primera en 2009 o de haber vuelto a esta bolsa de grillos que es el club de Martiricos ahora mismo. Pero ahí quedará para siempre la revolución de La Romareda que dejó a los malaguistas terceros al final de la primera vuelta.