YO QUIERO JUGAR MAL TODA LA VIDA

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El Málaga avanza imparable en este comienzo de Liga. Cada paso que va dando le hace más fuerte, seguro y fiable, como si de un buen coche alemán se tratase. Muñiz ha convertido lo que podía haber sido algo muy difícil de digerir en un sueño. Un sueño del que nadie quiere despertar y es que en apenas un mes de competición el Málaga ya ha ganado los mismos partidos que la temporada pasada completa. Mire usted, es que es Segunda, me dirán los más incrédulos. ¿Y qué? Yo quiero que mi equipo juegue siempre en Primera, pero si no puede estarlo quiero que haga esto que está haciendo exactamente.

 

El partido es otro resumen perfecto de lo que es este equipo. El primero de pizarra. Muñiz se lo cuenta a Luis Hernández, Leschuk y Adrián y estos hacen lo que les da la gana con la defensa del Córdoba. Es el gol del trabajo de cada jornada, ayer el primero otros días el único. Así es este Málaga donde un chaval como Harper, al abismo del descarte varias veces, es capaz de sacarse una asistencia mágica para que de carambola acabe marcando Hicham. Un Hicham que en el cuarenta está ‘tieso’ porque no ha parado de correr hacia atrás. Se llama trabajo y que Ontiveros, otro que ha regresado de ‘entre los muertos’ haga esto 90 minutos no lo había conseguido nadie en sus 21 años de ‘carrera’. 

 

Todo sale rodado porque la suerte no se tiene, se trabaja. No quiero finalizar la columna sin hablar de ‘Tiburón’ Blanco Leschuk. Qué jugador para la categoría. El argentino no paró de correr de manera siempre inteligente, oliendo la sangre en cada balón en largo, rompiendo una y otra vez a los centrales cordobesistas. Una pena que no marcase porque lo mereció. Leschuk es una mezcla a partes iguales entre Rondón y ‘Roque’ Santa Cruz. Delanteros no muy goleadores pero vitales para un equipo que juega a lo que juega el Málaga.

 

Empiezo a ver el temor de los rivales en sus comentarios. Las frases sobre que el Málaga es muy defensivo o que no juega a nada han dado paso esta semana a las que hablan sobre la suerte y la escasa calidad de los rivales. Mientras, el cuadro de Muñiz ya lleva quince puntos y arranca el último domingo del verano con siete de ventaja sobre el segundo. Si esto es jugar mal o tener suerte yo quiero jugar mal toda la vida.