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Llegados a este punto, mi opinión, si es que sirve de algo en un Málaga en el que parece que los dirigentes del día a día van por un lado y el dueño y su verdadero hombre de confianza por otro, es que Bernd Schuster debe continuar en el banquillo malaguista.
Recordemos que la primera temporada de Manuel Pellegrini en el club malacitana fue parecida. Heredó el desastre de Jesualdo Ferreira y aunque con las buenas artes de Willy Caballero y de Julio Baptista acabó la temporada brillantemente, estuvo en un tris de ser cesado e incluso llegó a amagar con la dimisión.
Es evidente que el chileno tenía muchos más mimbres para componer el cesto que su homólogo alemán. Y vaya por delante que era mucho menos receptivo que este a las necesidades promocionales del club con su colaboración a terceros, medios de comunicación, etc.
No me han gustado nada las declaraciones de Mario Husillos, el director deportivo, en relación a Schuster. Y aún menos que dé la impresión de no tener un criterio formado sobre la cuestión a estas alturas de la película. Como ya adelantamos en su día, hace apenas dos meses, si no hubiese sido por la indemnización el técnico estaría fuera.
No fue así y con el paso del tiempo y habiendo logrado la permanencia con cierta holgura, e incluso con aspiraciones europeas de durar más el campeonato, jugando de forma brillante, Schuster y su equipo de trabajo se han ganado el derecho a continuar. Y la afición lo sabe.