
Luces y sombras de la unidad B del Málaga en sus oportunidades coperas
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El Málaga CF estará en la segunda ronda de la Copa del Rey con un gran papel de su unidad B. Tras la dura eliminación sufrida el curso pasado a manos del CD Estepona, los blanquiazules se tomaron su revancha particular ante el cuadro rojillo con una victoria (1-3) en tierras esteponenses. Una victoria que sirve para cortar la mala racha como visitantes, pese a la visible diferencia de categoría entre ambos combinados. Pellicer apostó por un once bastante titular aunque con apariciones esperadas. Jugadores como Dorrio, Haitam, Ochoa o Eneko Jauregui pudieron demostrar su valía, pero no todos lo lograron del todo. Hubo luces y sombras de la unidad B del Málaga en sus oportunidades coperas.
Parte de la unidad B del Málaga dejó su sello en Estepona
Eneko y Aarón Ochoa arrancaron de inicio en el Francisco Muñoz Pérez. El primero de ellos venía de anotar un doblete clave en el triunfo ante el Andorra en tan sólo 15 minutos. Aunque ante el CD Estepona, su partido no fue tan vistoso en cuanto a números se refiere, pero si tuvo un papel muy importante en la descarga y el posicionamiento entre centrales rojillos. De hecho, la asistencia que propicia al penalti efectuado por Lobete para abrir la lata viene de los pies del ex del Racing de Ferrol. No tuvo demasiada relevancia de cara a puerta con solo un disparo en sus minutos en el verde, pero si dejó buenas sensaciones.
La titularidad más esperada era la de Aarón Ochoa. El irlandés no goza de continuidad en liga con sólo 50 minutos disputados y la Copa se veía como una gran escaparate para dejar ver todo el potencial que tanto resaltan sus compañeros. Jugó el partido completo y estuvo correcto en sus labores mostrando señas de su calidad, pero sin esa capacidad diferencial que en principio se refleja en los entrenamientos. Aún así, Ochoa celebró su primer gol con el primer equipo del Málaga CF al poner el tanto de la sentencia en el descuento que despejaba los posibles fantasmas de una prórroga en Estepona después de una gran asociación con Dorrio.
El fichaje malaguista tuvo su primera gran noche con la elástica blanquiazul. Su papel desde su llegada había sido muy secundario pese a las numerosas bajas que han azotado a los de Pellicer en la parcela ofensiva en este arranque de curso. Únicamente había participado en la derrota en Burgos con 20 minutos. La afición tenía ganas de conocer la figura de Dorrio como jugador boquerón y el vasco no defraudó.
Entró en la segunda parte por Joaquín y fue el mejor del partido junto a Juanpe. En el 77′ puso el 0-2 con un auténtico golazo de semi-volea a pase de Dotor y ya en la prolongación brindó un generoso pase de la muerte a Ochoa pese a estar en situación de tiro para hacer el definitivo 1-3.
La otra cara de la moneda fue la de Haitam. El extremo marroquí entró junto a Dorrio y Brasanac en el descanso y se le vio ansioso por dejar su sello en la eliminatoria. Algo normal después del calvario de lesiones que ha atravesado en los últimos años. Le faltó frescura para irse de su marca, pero dejó dotes de las grandes condiciones que tiene, sobre todo en desmarques de ruptura.Una primera toma de contacto que necesita ser potenciada con continuidad en esta temporada.
La unidad B respondió con luces y sombras en Estepona, pero a partir de ahora, la baraja de alternativas se amplía para Pellicer al poder sumar nuevas piezas a su esquema de cara a este último tramo de 2025.
Dorrio y Aarón Ochoa sacan a relucir la unidad B del Málaga || Foto: Málaga CF
