Difícil de digerir el empate de esta noche. Cuesta imaginar un guion más cruel para los de Natxo González, con la suerte en contra y un Okazaki que se ha disfrazado de Rivaldo para inmutar al malaguismo. La Rosaleda vivió una de las noches más gélidas que se recuerda, nunca mejor dicho porque el desenlace…