¡Malditos seáis todos los culpables del llanto de los niños blanquiazules anoche en las gradas de Martiricos!, pero a quien corresponda que os castigue a todos al infierno deportivo eterno más horrible por convertir en desolación de los abuelos malacitanos la ilusión que estos quisieron transmitir a sus nietos y, vosotros, los peores dirigentes de…