Pasó sin pena ni gloria por El Molinón. El Málaga necesitaba de su eficacia goleadora, pero esta se quedó en casa. Armando Sadiku era el hombre al que los aficionados se habían encomendado en la previa del encuentro para conseguir goles que certificasen la permanencia. Después de los 90 minutos, ni siquiera asustó a Mariño,…