En los últimos doce años han pasado muchas cosas indefinibles, vergonzosas e incluso incalificables en el estadio de La Rosaleda. Sin embargo, lo que nunca había ocurrido, ni siquiera con Al-Thani, es que se atreviese nadie a conculcar un derecho Constitucional como el de la libertad de expresión.
Un derecho inalienable en una democracia…