A lo largo de su historia, el Málaga ha tenido delanteros realmente excéntricos. Darío Silva, con sus salidas nocturnas; Salva Ballesta, con su hobby de pilotar aviones; Seleznov, capaz de bañarse en el mar en pleno mes de enero y de subir vídeo boxeando, o el Chengue Morales, capaz de parar un entrenamiento para ir…