Finalmente, no pudo ser. La selección española de Ángel González Jareño, en un trabajo constante a contracorriente, perdió en la final ante Lituania (77-68). Esta vez, ni los números de Mario Saint-Supery pudieron salvar al combinado nacional. El canterano de Unicaja jugó casi todo el partido y consiguió unas estadísticas para enmarcar: 31 puntos, 8…