Una huella muy profunda…

Las ideas claras. Eso es lo que el Málaga CF tiene por bandera. Sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere. Una huella muy profunda que José Alberto López ha dejado como impronta en el ‘modus operandi’ del equipo de Martiricos.

El entrenador asturiano traía la lección bien aprendida de Miranda de Ebro. Ya en su llegada, y desde que se pusiera a las órdenes del equipo, lo dejó bien claro. El trabajo prima por encima de cualquier otra cosa. El esfuerzo haría que los jugadores rindieran, y el rendimiento sería lo que marcara quién juega o quién se queda fuera.

Dicho y hecho. José Alberto López ha establecido una línea de trabajo basada en un principio: las ganas. Los jugadores salen a comerse el campo en cada partido, pero no lo hacen a la ligera. Hay que seguir un plan. El del conjunto blanquiazul está muy claro: juego ofensivo vertical y con muchas transiciones rápidas, y una defensa agresiva y presión ordenada.

Atrás queda aquel Málaga que salía a defenderse de las acometidas rivales. Ahora el equipo del asturiano ha cambiado el chip, y son los jugadores malaguistas los que proponen un guion de juego con el que someten a sus rivales, no solo los más modestos, sino que auténticos titanes de la categoría como Almería -aunque con un resultado negativo- y Girona ya han sido vapuleados en grandes partes de sus respectivos encuentros con el plantel malagueño.

Toda esta ‘revolución’ física, técnico-táctica y psicológica tiene un autor: José Alberto López. En cuestión de 3 meses ha sido capaz de construir su propio Málaga a raíz de la combinación de los nuevos jugadores que han llegado y el cambio de actitud de las piezas ya existentes del pasado curso.

Si bien es cierto que para ello ya ha habido algunas víctimas que hasta hace poco eran fijas en la plantilla y que ha tenido que cambiar el esquema por completo, sus resultados y sensaciones no dejan lugar a dudas. Este Málaga está preparado para todo. Aún restan 37 jornadas, pero la huella muy profunda que José Alberto está dejando parece estar funcionando a la perfección.

José Alberto López frente al Girona // Marilú Báez