LO QUE ESCONDEN LAS PALABRAS

0
33

Quedar cautivado con un discurso depende de la susceptibilidad del receptor, de la locuacidad del emisor, que el canal sea claro, preciso y el mensaje contundente. Desde que participo en las tertulias de esta casa, si algo me llevo, a parte de la hospitalidad con la que me trataron desde el primer día, es el poder haber conocido gente cuyo discurso me cale bien hondo y sea capaz de hacer tambalear mis convicciones futbolísticas, mi opinión e incluso mis filias y mis fobias. 

 

Hasta la fecha me había ocurrido con Fernando Estévez. Su discurso tranquilo, sosegado pero cargado de empatía me caló desde el primer momento y supe desde ese mismo instante que detrás de ese aspecto tímido, y quizás algo taimado, se escondía una personalidad fuerte y ganadora. El viernes tuve el placer de conocer a Antonio Contreras, entrenador del Málaga Club de Futbol Femenino, que tuvo a bien acompañarnos en la tertulia y concedernos una entretenida entrevista que realizamos en stand de TECNOCASA, para el Salón Inmobiliario del Mediterráneo ( SIMED).

 

Más allá de su discurso, que fue claro, contundente y que estoy seguro retumbó a través de las ondass, me impactó la pasión que escondía cada frase, el ardor guerrero que transmitía en cada afirmación y esa vehemencia que dotaba de fuerza y esplendor a cada una de sus manifestaciones. Los discursos vacíos y carentes de emoción no pueden calar en el oyente, ya sea un radioaficionado, un tertuliano o esa jugadora que espera con atención la charla técnica antes de un partido. La pasión conmueve, te hace soñar, te hace evocar tiempos mejores, pasados, presentes o futuros y creer que para cualquier ser humano nada es imposible. Con estos ingredientes es imposible que ningún objetivo se resista y estoy seguro que los que Antonio Contreras se marcó con nosotros durante la entrevista serán cumplidos, porque la pasión que imprime a cada una de sus palabras servirá de último aliento para sus guerreras.

 

No puedo negar que quizás yo sea un receptor muy susceptible, pero no cabe duda tampoco que el emisor era locuaz y su mensaje no daba lugar a equívocos ni tergiversaciones. Es por ello que mi primera aportación en este medio, el cual considero mi casa, debe versar sobre esas personas que han marcado mi corta trayectoria en este radio, no por su discurso con el que se puede estar más o menos de acuerdo, sino por lo que esconden sus palabras.