El Carpena se quedó con ganas de baloncesto después del derbi andaluz. Con poco espacio para degustar el +46 ante el Betis, el Unicaja afronta un nuevo compromiso de BCL, donde de momento los malagueños no han mostrado grietas. Dos victorias que hay que hacer buenas esta noche (20:30 horas) ante el PAOK de Salónica, el último partido de la primera vuelta. Si se consigue el pleno, el liderato del grupo G estará bien encaminado, aún con tarea en los compromisos posteriores. Pero salvo hecatombe, el 3-0 sería hacer gran parte de los deberes. Se podría cerrar en Dijon a finales de noviembre, el mayor escollo de los verdes: los galos se impusieron al Sassari este martes (88-80), lo que les coloca con un balance de 2-1.
Pero cuentas aparte, lo que avala al Unicaja es la fiabilidad que está mostrando en un Palacio que va pareciéndose al fortín de hace años. Gran Canaria, Dijon y Betis ya han mordido el polvo, a punto estuvo el Real Madrid. Se ha vivido un ambiente estas semanas que recuerda a la época dorada del club, consecuencia de que se está respondiendo sobre el parqué, teniendo en cuenta de dónde se viene. Regresa ese nudo en el estómago de querer más baloncesto, denota que el camino es el correcto.
La fiesta fue total en la matinal del domingo; el objetivo es que el ‘after’ sea la cita frente a los griegos. Un histórico del baloncesto europeo, que tuvo épocas gloriosas a lo largo de los 80 y 90. El PAOK cuenta en su haber con 2 Ligas, 3 Copas, 1 Korac y 1 Recopa. Ha ido decreciendo con el paso de los años, pero mantiene su estatus en Grecia. La temporada pasada se quedó a las puertas de playoffs en Grecia, cada vez más acaparado por Olympiacos y Panathinaikos, panorama similar en el resto de grandes ligas europeas.
Así definía Ibon Navarro a los griegos en la previa: «Jugamos contra un equipo que es diferente, muy grande. Con muchos jugadores que pueden tirar de tres puntos; un equipo que juega un ritmo alto, no solo a cambo abierto, sino también en mediocampo. Son dinámicos y móviles, por lo que nos van a exigir mucha paciencia, sobre todo en defensa porque es capaz de sacar tiros al final de los ataques. Será un partido complicado seguro«.
Jalen Riley es la gran estrella del PAOK. El base estadounidense, con pasado en EBA, promedia 22 puntos en las dos primeras citas de BCL. El mejor finalizador de los helenos y con capacidad de hacer muchas cosas en pista. El cómo se paró a Shannon Evans puede servir de ejemplo, con características similares. Nate Renfro, Yannick Franke o Jaylen Hands son otros jugadores con gran peso del conjunto de Salónica.
El Unicaja mantiene la duda de Carter, todavía renqueante por el proceso gripal que le ha dejado fuera varios días, y que le hizo no estar frente al Betis. Ha entrenado en el arranque de semana, aunque no se decidirá hasta antes del partido si se viste de corto. El resto de jugadores estarán disponibles. En el caso que no pueda jugar el escolta, habrá una nueva oportunidad para Mario Saint-Supery. El canterano disputó los primeros minutos oficiales del curso, gesto que agradeció un Carpena volcado con el rinconero.
Es la primera vez que Unicaja y PAOK se ven las caras. Sí hay antecedentes con el Aris o Iraklis, ambos de Salónica. El partido será emitido por 101 TV, como todos los encuentros continentales, al menos esta temporada.
