«Y fuiste tú mi baile inolvidable»… un partido para la historia del Unicaja y el Carpena

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Kam Taylor celebra su tapón y la épica victoria ante el Barça en cuartos de final // Foto: acb photo (Mariano Pozo)

Una de las canciones de moda del momento a nivel actual la firma Bad Bunny con el título de ‘Baile Inovidable‘. Unas palabras que definen a la perfección lo ocurrido en el tercer duelo de la serie entre Unicaja y FC Barcelona. El Martín Carpena se deshizo de su maldición y se convirtió en una caldera única en Europa. Los últimos 93 segundos del último cuarto, con Tyson Pérez como líder, se basaron en argumentos que van más allá de lo racional. Fe, lucha, creencia y milagros. Una mezcla de emociones que acabó con final feliz y con un Unicaja que se medirá en semifinales ante el Real Madrid. Así fue un partido para la historia del Carpena.

Quedaban 1:33. Abrines castigaba desde el tiro libre y ponía al Barça con nueve puntos de ventaja (75-84). Sensación de que se terminaba la temporada para el equipo malagueño. Incluso algunos aficionados abandonaban el Martín Carpena ante este marcador. Pero si algo ha demostrado este grupo es que debe confiarse en él hasta el final. Este domingo rompió un muro con el que siempre se ha chocado desde la llegada de Ibon Navarro: saber resolver un partido de alta importancia como un playoff por el título de Liga Endesa.

Con esa desventaja de nueve puntos para el Unicaja apareció Tyson Pérez. Se convirtió en la energía. En la creencia en lo imposible. Comenzó anotando una canasta en una difícil penetración en la que se apoyó en el cristal. Tras esa jugada, llegaba su peso defensivo. Metiendo manos. No dejando oxígeno a los jugadores del Barça. Había que dejarse todo. Forzó la pérdida que acabó siendo confirmada por el Instant Replay, ya que el exjugador de Celtics había pisado fuera. Ahí decide Joan Peñarroya pedir tiempo muerto.

Un tiempo muerto que Ibon Navarro aprovechó mejor. Por dentro, entraba Melvin Ejim. Junto a Tyson Pérez era el turno para la energía. Como confesó el técnico vitoriano después del encuentro, en el banquillo tenían la sensación de que el Barça llegaba cansado a los últimos 5-6 minutos de encuentro. Tras ese tiempo muerto, en la retransmisión de Radio MARCA Málaga se soñaba con lo bonito que podría ser un triple en ese momento. Llegó. Perry vio solo a Tyson Pérez y este convirtió desde más allá del arco. 80-84. Quedaba un minuto por delante. El Unicaja y el Carpena empezaban a creer de forma seria.

Lo que terminó por completar la locura del pabellón fue la recuperación con mate, a la siguiente jugada, de un desatado Tyson Pérez. El ex del Andorra le robó la cartera a la estrella del partido, Kevin Punter, y puso al Unicaja a dos puntos de distancia cuando restaban todavía 42,5 segundos. Todo volvió a estar abierto. Peñarroya tenía que volver a solicitar el tiempo muerto. El Carpena tiraba de El Último Mohicano. Todo el mundo de pie y dando palmas. El manicomio ya estaba desatado.

Optaba por el campo ofensivo el técnico culé para sacar. La defensa de Perry y Carter fue monumental. Ni Brizuela ni Punter pudieron recibir el balón. La bola acabó en manos de Álex Abrines. El tirador del equipo culé estaba inspirado, pero se tuvo que jugar un ataque de muchísima responsabilidad en un mano a mano con Kam Taylor. Su triple se quedó muy corto. La captura se la quedó Perry y a correr. Quedaban 20 segundos. Tocaba aprovechar la inercia. El internacional por Montenegro penetró por izquierda. Abrines quiso evitar la canasta, pero lo hizo de forma ilegal. De todas formas, con todo por detrás, llegaba Tyson Pérez para machacar el aro. Empate en el marcador.

El reloj del Carpena se puso en 7,7 segundos. Se tuvo que revisar para que fuesen 8,5 segundos los que tuviera el Barça para atacar. La última bola tenía un nombre claro: Kevin Punter. Recibió el balón y sabía que si anotaba ganaba el partido y metía al equipo catalán en semifinales. Se jugó un tiro de dos puntos. Escorado y a algo más de seis metros. La bola hierro. Prórroga. La primera parte del milagro llegó a Málaga y el Unicaja se ganaba el derecho a competir durante cinco minutos extra. A partir de ahí, el resto de la historia ya se conoce. Una prórroga para la historia. El tapón de Kam Taylor culminó un partido para la historia en el Carpena.

«Y fuiste tú mi baile inolvidable»: un partido para la historia del Carpena

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