Este lunes de Pascua, el Vaticano ha confirmado el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el Papa Francisco, a la edad de 88 años. El pontífice argentino había sido ingresado el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli debido a una infección polimicrobiana que comprometía gravemente su pulmón. Tras una aparente recuperación y ser dado de alta el 23 de marzo, el Papa reapareció públicamente durante las celebraciones de Pascua, ofreciendo la tradicional bendición Urbi et Orbi y saludando a los fieles desde el papamóvil. Sin embargo, pocas horas después, falleció.
Con su partida, concluyen doce años de un pontificado que marcó un profundo giro en la historia contemporánea de la Iglesia católica. Francisco fue el primer Papa nacido en América y su liderazgo se caracterizó por un enfoque abierto, humano y progresista. Su voz se alzó en defensa de los más pobres, abogó por una mayor participación de la mujer en la Iglesia y abrió espacios de diálogo con la comunidad LGBTQ+, así como con otras confesiones religiosas.
Su paso por la Santa Sede dejó una huella imborrable. Para muchos, supuso una transformación histórica, rompiendo barreras tradicionales y acercando la fe católica a las periferias del mundo. De origen humilde, nacido en un barrio de Buenos Aires, el Papa Francisco se convirtió en un símbolo de renovación espiritual y social.
Hoy, el mundo despide a un líder que no solo condujo a la Iglesia, sino que también se convirtió en referente global de compasión, humildad y justicia.