En España, uno de cada cinco adolescentes de entre 14 y 18 años presenta signos de uso problemático de Internet, el móvil o las redes sociales, según el Plan Nacional sobre Drogas. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora el 10 de octubre, profesionales de los hospitales Vithas Granada, Vithas Sevilla y Vithas Xanit Internacional coinciden en la importancia deabordar este problema desde la prevención, la educación y el acompañamiento terapéutico, especialmente entre la población más joven, que es la más vulnerable.
Ana Jimeno, neuróloga del Hospital Vithas Granada y miembro del Instituto de Neurociencias Vithas, indica que “el uso excesivo y prolongado de las pantallas se asocia con alteraciones en los circuitos neuronales implicados en la atención, la memoria y el control de impulsos. En niños y adolescentes, cuyo cerebro aún está en desarrollo, la sobreexposición digital puede interferir en la maduración de áreas como la corteza prefrontal, fundamental para la toma de decisiones, la planificación y la regulación emocional. Estudios como el de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y su Plan Digital Familiar indican que el aumento del tiempo frente a pantallas se relaciona con mayor impulsividad, menor tolerancia a la frustración y dificultades para mantener la concentración en tareas no digitales, especialmente en población pediátrica y adolescente”.
La especialista explica que “las redes sociales activan los sistemas de recompensa cerebral, liberando dopamina ante estímulos positivos o novedosos. Esta estimulación constante, especialmente en adolescentes, incrementa la sensibilidad neural a la anticipación de recompensas sociales y puede dificultar la regulación conductual”. En adultos, añade, “aunque nuestro cerebro presenta mayor capacidad de adaptación, el exceso de conectividad digital puede disminuir los periodos de descanso mental necesarios para la creatividad, la empatía y la salud cognitiva”.
Para concluir resaltar que se ha observado que el uso intensivo de tecnología digital puede asociarse con síntomas de déficit de atención, alteraciones en la inteligencia emocional y cambios en la estructura cerebral, siendo estos efectos más pronunciados en jóvenes.
Por su parte, el Dr. Miguel Ángel Soriano, especialista en psiquiatría del Hospital Vithas Sevilla, advierte que, «aunque los manuales diagnósticos internacionales no reconocen formalmente la adicción a las redes sociales, desde la práctica clínica sí puede considerarse una adicción comportamental, caracterizada por un patrón de uso compulsivo y reforzador». En este sentido, el Dr. Soriano expone que «el uso excesivo de pantallas puede convertirse en una dependencia subjetiva, donde las redes sociales funcionan como objeto de sustitución para calmar ansiedades y evitar la frustración, especialmente en niños y adolescentes».
Entre las señales de alerta ante una posible adicción se advierte la necesidad creciente de conexión, la interferencia en el autocuidado, la vida familiar, académica y social, y el uso de la tecnología como vía de evasión emocional. En este punto, el especialista en psiquiatría diferencia entre un uso saludable, donde internet es una herramienta y se mantiene el equilibrio vital, y uno problemático, que deteriora vínculos y proyectos personales.
Como recomendaciones para un buen uso de internet, el Dr. Soriano propone establecer horarios y límites, definir espacios libres de pantallas, fomentar actividades presenciales y reflexionar sobre el papel de la tecnología en la vida cotidiana. Además, «existen programas de desintoxicación digital y reeducación tecnológica, tanto públicos como privados, que incluyen psicoeducación, terapia y actividades alternativas, subrayando la importancia de un abordaje multidisciplinar para afrontar la dependencia digital», destaca el especialista de Vithas Sevilla.
Estefanía Marcos, psicóloga del Hospital Vithas Xanit Internacional, destaca que “el uso excesivo de las redes sociales puede convertirse en una forma de adicción digital que afecta directamente al bienestar psicológico. Estas plataformas están diseñadas para activar mecanismos de recompensa en el cerebro, liberando dopamina cada vez que recibimos un «me gusta», un comentario o una notificación. Esta gratificación inmediata genera una necesidad constante de conexión, provocando que muchas personas pasen horas navegando sin darse cuenta, descuidando sus responsabilidades, relaciones personales y descanso. Con el tiempo, esta dependencia puede derivar en síntomas como ansiedad, irritabilidad, insomnio y una disminución de la autoestima”
La especialista señala que se ha observado que esta adicción no solo altera los hábitos diarios, sino que también puede afectar la percepción de uno mismo y del entorno. “La exposición continua a contenidos idealizados y comparaciones sociales puede generar sentimientos de insuficiencia, frustración y aislamiento. Además, el miedo a perderse algo intensifica la necesidad de estar siempre conectados, dificultando la desconexión digital saludable. Por ello, es fundamental promover una educación emocional y digital que ayude a identificar estos patrones de comportamiento y fomente un uso consciente y equilibrado de las redes sociales”, concluye.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, desde Vithas Andalucía se quiere incidir en la prevención y el uso consciente de las nuevas tecnologías, recordando que deben estar al servicio de las personas, y no al revés.