Un líder al que encomendarse

Si bien es cierto que el final en La Rosaleda no fue feliz ante el Almería, no todo es de color negro. Hubo una persona que, por segunda jornada consecutiva, dio un golpe sobre la mesa. Un líder al que encomendarse en el último tercio de competición para poder salir de la crisis en la que el Málaga CF está sumido.

Natxo González aún no ha podido revertir la mala dinámica existente en el apartado deportivo y, a pesar de las mejorías defensivas, los resultados siguen sin llegar. 1 punto de los 9 posibles desde su llegada. Aunque su mano no se note en la tabla clasificatoria, sí que ha conseguido levantar la actitud y la moral de una pieza clave: Antonio Cortés Heredia ‘Antoñín‘.

El palmillero es otro desde que llegara el míster vasco. A pesar de la polémica que le ha rodeado en las últimas fechas por su posible salida del club de Martiricos en el mercado de invierno, psicológicamente es un jugador muy distinto. En Zaragoza consiguió el gol de su redención, y la actuación de ayer fue muy destacada a pesar de no encontrar recompensa. Fue el único no contagiado de la apatía creativa existente en la parcela ofensiva del Málaga CF, y en todo momento trató de desbordar y encarar a su par. Además, protagonizó la llegada más peligrosa de los blanquiazules con un disparo raso potente que sacó Fernando.

Tras el encuentro, Natxo era preguntado por ese cambio radical de Antoñín y su implicación defensiva además de su aportación en ataque. «¿Sorprendidos?», respondió. «Ellos saben dónde está la raya para tener más opciones de jugar o no. Son las ganas que tienen de ser un equipo. De protegerse y de ayudarse. Es un trabajo que no se paga con dinero. No es solo Antoñín. Hay que luchar todos por un bien común. Es lo que no voy a permitir nunca, que se bajen los brazos», añadía.

El Málaga CF y su afición ha encontrado un líder al que encomendarse. Un estandarte que se eche el equipo a las espaldas y que saque al club de la precaria situación en la que se encuentra. Damas y caballeros, Antoñín está de vuelta.

Antoñín en el encuentro ante el Almería | Marilú Báez