Hace un año, una lesión le impidió terminar el torneo de su tierra. Entonces, Bea González se marchó del Martín Carpena entre lágrimas y con una espina clavada. Este sábado, el destino se encargó de ofrecerle la oportunidad de redimirse. Y la malagueña no la dejó escapar. Arropada por su afición y en el lugar donde comenzó a forjar su leyenda, Bea logró al fin lo que tanto ansiaba: levantar el trofeo del Premier Padel Málaga P1. La recompensa a la constancia, el sacrificio y la fe. La ‘Perla’ ya reina en casa.
Formando pareja con Claudia Fernández, ha cuajado un torneo impecable. No cedieron ni un solo set en su camino hacia el título y, cuando llegaron las semifinales, supieron aprovechar el momento. Las favoritas habían caído y el cuadro se abría para ellas, pero aún tenían que demostrar que estaban preparadas para aprovecharlo. Y lo hicieron con autoridad.
En la final les esperaban Marta Ortega y Tamara Icardo, que venían de recuperar sensaciones tras varios torneos irregulares. Una pareja con experiencia y sin presión, con ganas de dar la sorpresa. Pero la tarde no era para ellas. Bea y Claudia se mostraron firmes desde el inicio, llevando la iniciativa en todo momento y manteniendo a raya a sus rivales.
Con un juego agresivo y sin fisuras, controlaron el ritmo del partido. Bea, letal en la red, volvió a lucirse con su potencia. Claudia, por su parte, brilló por su lectura táctica y capacidad para manejar los tiempos. El desenlace, inevitable: victoria con contundencia por 6-2 y 6-1.
Aunque Ortega e Icardo intentaron plantar batalla, nunca llegaron a igualar el nivel de sus rivales. Las campeonas dominaron desde el primer intercambio. Claudia fue clave con sus ataques cruzados y bandejas afiladas, mientras que Bea completaba cada punto con remates precisos.
El primer set se resolvió con autoridad, y en el segundo la diferencia se acentuó. La tensión era máxima en algunos juegos, pero la balanza siempre caía del lado de Bea y Claudia. Las número tres del mundo no dejaron espacio para la sorpresa y cerraron una semana perfecta en la que apenas mostraron debilidades.
Para Bea, este triunfo significa más que un título. Es un homenaje a su trayectoria, una recompensa emocional y un paso adelante en su carrera. Con este impulso, tanto ella como Claudia miran ya hacia lo más alto del ranking. Pero, pase lo que pase, la sonrisa que dejó Bea en el Carpena este sábado ya es historia del pádel.
Es lamentable la cobertura de Radio Marca Málaga a esta deportista. Una de las mejores jugadoras del mundo, el Carpena lleno para ver Padel femenino y un juego que deslumbra en todas partes, menos aquí, en esta emisora