EL UNICAJA ARROLLA AL VALENCIA (86-73)

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El Unicaja ha dado espectáculo del bueno en su inicio liguero en el Carpena || ACBPhoto/M.Pozo

@SuarezRMarca | Los nervios del debut, la ansiedad del primer día, las dudas que dejaba la pretemporada… nada de eso fue real en el Martín Carpena para un Unicaja que debutó a lo grande, derrotando a su, quizás, rival más directo en España y en Europa, el Valencia Basket. 

 

Desde la fantástica puesta en escena de Kyle Wiltjer, que firmó los primeros 13 puntos de los malagueños, pasando por los 17 del hoy anotador Alberto Díaz, los de Luis Casimiro se quitaron la careta y demostraron a los de Ponsarnau que esta campaña, al menos por ahora, quieren divertirse. Está claro que sólo es el primer encuentro, pero qué estreno. 

 

El que nunca olvidará Wiltjer al escuchar los gritos de MVP de una grada a la que ya se ha ganado en tan solo cuatro minutos. Sólo su obligada marcha al banquillo por sus dos tempranas faltas hicieron que el aro taronja se comenzase a cerrar. Aunque bien es cierto que no lo aprovecharon los valencianos, quienes perdieron el primer cuarto 19-17.

 

Tuvieron que esperar los de Ponsarnau hasta el ecuador del siguiente acto, con un triple de Will Thomas, para equilibrar fuerzas (26-26). Pero ahí se quedaron. Lessort, energía verde natural, se empeñó en dominar las alturas con tapones y rebotes, trabajo que complementaron desde el perímetro Díaz, Fernández y Salin. El trío se combinó para sumar 20 puntos en este cuarto y abrir una brecha de 11 (45-34) al llegar al descanso.

 

El paso por vestuarios no reactivó a los visitantes, más bien al contrario, pues salieron con más dudas aún de las que habían dejado en la cancha. Eso lo aprovechó de nuevo el Unicaja para aumentar una renta que llegó a ser de 20 puntos y que se quedó al cierre de ese tercer cuarto en 18 (68-50).

 

Si bien en baloncesto nunca se puede decir que esté todo sentenciado, la realidad palpable es que los valencianos firmaron la pipa de la paz. Sólo Tobey se empeñó en seguir luchando y se llevó el peor castigo, un golpe en el hombro derecho que le hizo abandonar la pista con evidentes gestos de dolor. Intentó agradecer la ovación que le brindó en su retirada el Carpena, pero casi ni pudo levantar la mano para hacerlo. 

 

En los últimos instantes llegó, como era de esperar, la típica relajación del que gana sin problemas, pero aunque el Valencia se acercó, no lo hizo lo suficiente como para soñar con la remontada. No lo iba a permitir el Unicaja después de la buena noche que le había brindado a la marea verde, que se marchó feliz con el 86-73 final.