EL UNICAJA, SUBCAMPEÓN DE LA MINICOPA ACB (64-85)

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El Unicaja no pudo superar al Real Madrid en la final de la Minicopa || ACBPhoto

ACB.COM | El Real Madrid sigue haciendo historia en la competición tras ganar por quinta ocasión consecutiva la Minicopa Endesa, algo que no había pasado nunca anteriormente. El Fernando Buesa Arena y sus 3.800 personas fueron testigos de otra cita antológica para los de la capital, que con el 64-85, un resultado algo engañoso, derrotaron por tercera ocasión en una final al Unicaja Rincón Fertilidad.

El encuentro comenzó con mucha motivación, y es que para los infantiles jugar en el Buesa Arena era una oportunidad única que no querían desaprovechar. Kostadinov abrió el marcador con mucha facilidad aprovechando su físico, lo que llevó a que los recuerdos del curso pasado de A Coruña volvieran a la mente de los fieles seguidores del torneo, donde los madridistas aplastaron a su rival en la cita final.

Pero no, eso no iba a pasar. El Unicaja Rincón no había llegado hasta aquí solo para intentarlo, y con Ruiz, con dos canastas cercanas, y Domínguez, con su habitual facilidad para los triples, iban a ponerle las cosas difíciles a los favoritos, abriendo una pequeña brecha para los malagueños con un parcial de 18-11. 
 

Eshete Calvo, volando (ACB Photo)

Miguel Ángel López-Palacios, entonces, se vio obligado a mover el quinteto dando entrada a Miguel Allen y a Stefan Vukcevic, pero ni con esas encontró las respuestas a sus preguntas. Mientras buscaba soluciones, los andaluces seguían muy acertados y aumentando su diferencia, así que optó por el 'Plan B': poner freno con un tiempo muerto. Poco duró su primera oportunidad y el enorme luminoso central de la pista marcó el 25-16 al término de los primeros diez minutos.

Hasta ahora, era el guión soñado por Manuel Bazán, pero los blancos aclararon sus ideas en el parón y entre Eshete Calvo y Carlos Santiago iban a ilusionar de nuevo a la grada visitante poniendo las tablas con el 29 iguales. 

Empezaría así una nueva batalla de tú a tú. De igual a igual. Era un nuevo comienzo. Con menos tiempo en el marcador los nervios llegaron con retraso, al igual que las primeras imprecisiones. El ritmo anotador bajó y con una canasta de Kostadinov a falta de siete segundos para el ecuador le dio al Madrid la ventaja que tanto ansiaba (35-37).
 

Rubén Domínguez se eleva para anotar con una mano (ACB Photo)

Con la moral ya por las nubes, el defensor del título regresaba de los vestuarios con la lección aprendida. Con mayor intensidad en la lucha por el rebote y con Maganto haciendo de las suyas con ocho puntos de manera casi consecutiva lograron superar la barrera moral a falta de cuatro minutos para el final del tercer cuarto.

Fue en ese momento cuando se empezó a aplicar la ley de Kostadinov. El '13' merengue se hizo dueño y señor de la pintura, saliendo de vez en cuando al perímetro para deleitar con algún que otro triple, intentando responderlos Domínguez con jugadas de auténtico 'killer', pero los madrileños movían mucho más rápido la pelota en ataque y estaban mucho más agudos en defensa, y con el 48-59 se cerraba el periodo.

El Unicaja Rincón Fertilidad tenía solamente diez minutos para arreglar lo acontecido. Esta era su tercera final y no querían perderla como las dos anteriores. No querían otro 'déjà vu' contra el mismo rival que rompió sus ilusiones por duplicado en 2014 y 2015.
 

Ruiz, intentando evitar a Maganto (ACB Photo)

Pero a cada paso que daban, paso que retrocedían por la respuesta blanca. La complicidad técnico-jugadores era total, y la pizarra de López-Palacios se convertía en mágica al ejecutarla a la perfección sus pupilos. 

Los malacitanos ya estaban rotos y su moral decaía por segundos, afectando al juego que tan buenos frutos les había dado en toda la competición. El Madrid, pasito a pasito y jugada a jugada, amplió la renta hasta el 64-85 final, haciendo historia con su quinto título consecutivo.