ERIKSSON DEJA SIN COPA AL UNICAJA (82-70)

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Eriksson y sus triples en el tercer cuarto rompieron el partido || ACB Photo

@SuarezRMarca | Marcus Eriksson. Ese es el hombre que expulsó al Unicaja de la Copa del Rey de Vitoria. El sueco se bastó y se sobró en el tercer cuarto para cenarse a todos los boquerones y cambiar el rumbo del choque. Fue un vendaval imparable que hizo lo que quiso desde el perímetro sin que nadie pudiera frenarlo. De ir ganando los verdes de 5 al descanso -llegó a ser de 8 la ventaja- a perder de 9 en un abrir y cerrar de ojos. Wacyznski y todo el ‘unicajismo’ soñarán con él y con sus triples. Porque si no es por Eriksson, los de Plaza podrían estar ahora en semifinales.

 

Pero no lo están porque tampoco supieron aprovechar el apagón azulgrana en la primera mitad. La responsabilidad del debut, los nervios y la ansiedad por querer hacerlo bien pesó más en los catalanes, que sumaron cuatro triples con un horrendo 22% de acierto. Claro que el Unicaja no le iba a la zaga. Sólo tres de once intentos. Pero al menos ganaba.

 

Alberto Díaz, como siempre, sumaba defensa y puntos, hasta 7, que llevaron a los suyos 8 arriba. Sin embargo, no encontraba el apoyo en otros compañeros, ni siquiera en Nedovic. Muchos contragolpes, incluso de 3 para 1, incomprensiblemente fallados impedían que los malagueños rompieran el partido. Rice, a pesar de sus malos porcentajes, mantenía al Barça a poca distancia.

 

En la reanudación, llegó la explosión Eriksson y con él se fundieron todos los plomos del Unicaja. Plaza no encontró respuesta ni en la cancha ni en el banquillo. Y el Barça aceleró sin mirar atrás. 30 puntos en el tercer cuarto. En los dos anteriores se quedaron en 28. La defensa boquerona no existió porque en ataque tampoco encontraban soluciones a la subida de intensidad de los catalanes.

 

Respiró el Unicaja cuando el sueco se fue al banquillo pero Rice cogió su relevo e hizo imposible la remontada. Estuvo durante muchos minutos el cuadro malagueño a poca distancia gracias al ímpetu y calidad de Nedovic, pero fue incapaz de discutirle el triunfo a los de Bartzokas.

 

La ilusión y el sueño copero del Unicaja se desvaneció, pero con la sensación de haber podido hacer algo más. Pero el Barça, ramplón al inicio, es un equipazo que despertó a tiempo para no sólo vencer con autoridad sino para coger moral e impulso de cara a una semifinal en la que se enfrentará al Valencia Basket.

 

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