@SuarezRMarca | Las finales no están para jugarlas. Están para ganarlas. Y luego para disfrutarlas. Y el Unicaja quiere lograr estas dos últimas cosas al amparo de una afición que se dejará el alma para derrocar a un rival imbatible hasta ahora para los malagueños. Siete veces, siete, ha ganado de forma consecutiva el Valencia Basket a los verdes. La kryptonita es ahora de color naranja, pero habrá que ver si resiste los decibelios de un Carpena vestido de gala.
El sexto jugador seguro que ayuda lo indecible para forzar lo que tanto se merece el Unicaja: decidir la final en un tercer partido a vida o muerte. Pero antes hay que ganar esta noche, la gran noche. Hacía 15 años que Málaga no veía una final europea. Y la ocasión merece todos los esfuerzos posibles. Por eso Nedovic comandará a los suyos. No está al 100 %, pero como si lo estuviera. El hombre franquicia no fallará a sus compañeros, quienes también tendrán que demostrar que quieren y pueden ganar la Eurocup y competir la próxima temporada en la Euroliga. Se necesita mucho más acierto del perímetro, de Jamar Smith y de Wacynski, fundamentalmente. Pero también que ayuden a Omic.y a Brooks en la defensa a Dubljevic.
Sólo así se podrá soñar con acabar con la bestia negra y jugársela a una carta el miércoles en la Fonteta. Pero para ello el Unicaja tendrá que dar lo mejor de sí mismo en el Carpena. Hoy no se puede fallar porque las finales están para ganarlas.
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