¡QUÉ ESPECTÁCULO EN EL CARPENA!

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Carlos Suárez lanza desde el perímetro con el rival sin intensidad defensiva || eurocup

@SuarezRMarca | Una exhibición ofensiva de otra época, un espectáculo grandioso, una lección de baloncesto y una colosal actuación coral son pequeños calificativos para lo que se vivió en el Martín Carpena en la octava jornada de la Eurocup. Ante el Mornar, que aún anda con opciones de pasar a la siguiente ronda, el Unicaja se dio un festín en el que ridiculizó al Mornar desde el salto inicial.

 

Ya el 10-0 de salida era fiel reflejo de las intenciones de unos y de otros. Era de esperar un mayor interés y acierto de los montenegrinos, que buscan su pase a la segunda ronda, pero cuando se dieron cuenta no sólo vieron pasar ese vendaval inicial sino que, sin tiempo de sacar la cabeza para respirar, se vieron vapuleados por otro 9-0 que ponía un sonrojante 19-2 cuando ni tan siquiera se habían jugado cuatro minutos. Wiltjer y Shermadini campaban a sus anchas en la zona y los malagueños no necesitaban los triples para abrir hueco. Sí que los buscaron los balcánicos, con Bobby Brown a la cabeza para firmar un 20-10. Pero la entrada de Jaime Fernández volvió a reactivar a los locales, quienes aceleraron de nuevo con un 11-0 que dejó el marcador en 31-10 a 1’30” para el cierre del primer acto. En esa recta final, Landing Sane maquilló los números, dejando el marcador en 31-15.

Como dato, que Shermadini, Wacynski, Wiltjer, Roberts y Lessort finalizaron con el 100 % de acierto en tiros de 2. Sólo el 1/3 de Milosavljevic impidió la perfección cajista.

 

En el segundo cuarto, Vranjes pareció despertar de su letargo con 2 triples consecutivos -entre medias, otro de Jaime-. Pero como si se tratase del día de la marmota, otro escandaloso 12-0 en cuatro minutos subió el 46-21 en el ecuador del cuarto. Salin, con cuatro triples sin fallo en ese acto, era el más entonado en esos instantes en el equipo de un Casimiro que no dudó en darle minutos a Okouo y a Dani Díez. Precisamente, un triple del alero madrileño selló la mayor diferencia hasta entonces, 28 puntos (58-30), llegando finalmente al descanso con 62-41 y una sonora ovación de la marea verde a sus jugadores tras la exhibición ofensiva con 31 puntos en cada cuarto.

 

Era de esperar cierto acomodo o tregua tras el paso por vestuarios, si bien Milosavljevic no lo entendió así, anotando un triple en el primer ataque malagueño. Lo quisieron devolver los hombres de Pavicevic, pero no era el día ni de Vranjes ni de Brown ni de Micovic ni de Koenig. Todos ellos erraron sus intentos desde el perímetro hasta que este último por fin encontró aro. Habían pasado ya tres minutos de cuarto, pero ni mucho menos había acabado la tortura de los de Bar. De nuevo un 10-0 en apenas dos minutos aumentó la renta hasta los 32 (77-45). Jaime se divertía anotando y asistiendo, Shermadini hacía lo propio abusando de los pivots contrarios. El dominio en el rebote ofensivo, con 13 capturas, era claro ejemplo de la intensidad de unos y de otros. Tan solo Bobby Brown llevaba la voz cantante. El resto desafinaba de manera impropia.

 

Con 88-54 se inició la recta final de un duelo en el que el único interés era saber por cuánto ganaría el Unicaja y si el Mornar se emplearía a fondo para reducir la paliza. La respuesta quedó nuevamente clara: 10-0 y primera canasta de los visitantes -Brown- a los 3’42” de iniciarse el último cuarto. La centena de puntos de los malagueños llegó a cinco del final con un triple de Roberts (101-56), mientras que el duelo, si es que alguna vez lo hubo, se cerró con un contundente 111-76. Lo del Mornar, para hacérselo mirar; lo del Unicaja, para verlo repetido una y otra vez. Lástima que sólo lo pudieran disfrutar en vivo los 5.330 espectadores que acudieron el Carpena, pues Teledeporte decidió no emitir en directo el partido.