RIDÍCULO ESPANTOSO DEL UNICAJA

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La exhibición ofensiva del Valencia Basket ha destrozado al Unicaja

@SuarezRMarca | La Euroliga debería ser un premio para el Unicaja y nunca un castigo. Después de levantar el título de la Eurocup la pasada temporada, ganándolo contra pronóstico al Valencia Basket en la Fuente de San Luis, la alegría fue enorme no sólo por vencer en un torneo continental sino también por la posibilidad de regresar al lugar del que nunca debió de salir, el que por historia le corresponde al club de Los Guindos.

 

Sin embargo, el espacio donde disfrutar, divertirse y hacerlo pasar bien a la marea verde se está convirtiendo en un infierno de considerables dimensiones. Aun sabiendo de la dificultad de enfrentarse a los más grandes de Europa, el Unicaja de Plaza se ha perdido. Y lo peor es que se desconoce cuándo o dónde encontrará el camino. La victoria ante el campeonísimo de Europa, el Fenerbahçe, fue un oasis en pleno desierto. Después, derrota esperada ante Olimpiacos, inesperada ante el Brose y humillación vergonzosa ante el eterno rival, el Valencia.

 

Porque lo de la Fonteta ha sido de traca. Tras un inicio esperanzador, con McCallum haciendo de Nedovic, los de Vidorreta aceleraron de tal modo que arrasaron a las huestes malagueñas. Con Erik Green y Rafa Martínez a los mandos, pero con todos contribuyendo, los locales le endosaron un parcial de 24-4 para cerrar el primer acto con 31-11. Unos números que se explican viendo el 4/4 de triples, el 8/11 en tiros de 2, y el 3/3 en libres. Los cajistas, por su parte, aportaron un triste 40% en tiros de 2, además de agotar varias posesiones por no tirar a canasta. Los 20 puntos de diferencia que marcaba el electrónico eran el reflejo real de lo que sucedía en la cancha.

 

El problema es que no existió reacción ni amor propio. Porque el segundo cuarto comenzó de la misma manera, con un Valencia enchufado y un Unicaja electrocutado. La defensa malagueña seguía haciendo aguas porque sus jugadores se quedaban en todos los bloqueos y Green seguía haciendo de las suyas. Abalde tomó el relevo de su capitán para ayudarle a aumentar la renta, que llegó a ser de 36 (57-21). Para intentar frenar la humillación, minutos antes Plaza había apostado, en vez de darle más minutos a Musli, por poner a Suárez de 5, con Brooks ayudando en la pintura. Funcionó en la final de la Eurocup, pero en esta ocasión, el resultado fue que la distancia no hizo más que aumentar. Sólo una canasta de Díez y un mate de Brooks -sus dos primeros puntos- dejaron el electrónico en 57-25 antes de llegar al descanso. 

 

La bronca o 'plazina' tuvo que ser de aúpa. Tanto que hasta fue contra sus ideales e introdujo a Musli en el quinteto. El serbio no fue esta vez la solución. Como tampoco la zona que planteó para frenar el perímetro taronja, donde todos se paseaban sin presión para deleite de una afición que se lo pasaba en grande.

 

Con la victoria ya en el bolsillo era de esperar que al menos se maquillara un tanto el resultado en la recta final del encuentro para que este no fuera tan humillante. Pero ni los jugadores ni el cuerpo técnico valencianista quiso frenar ni especular. Y eso que incluso repartió minutos a Josep Puerto y a Hlinasson. Dio igual. El Unicaja hizo el ridículo, llegando incluso a perder de 40 puntos. Al final, bajó dos puntos con el último tirito de McCallum para sellar el vergonzoso 91-53 con el que el Valencia sumó su tercer triunfo y el Unicaja su tercera derrota. La venganza es un plato que se sirve frío. ¿Pero tanto? 

 

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