@SuarezRMarca | Nunca ha ganado el Unicaja al Barcelona en la Copa del Rey. En las cuatro ocasiones en las que se han enfrentado han salido los azulgrana victoriosos, da igual la ronda o la época de la que se trate. Pero en esta ocasión hay un feeling especial. Porque el Barça ya no asusta como antaño y porque el Unicaja, aun irregular donde los haya, ya ha ganado a los catalanes esta temporada y viene de acabar con el dominador en España y en Europa, el Real Madrid.
Ese triunfo ante los blancos ha servido a los de Plaza para creerse que no están tan mal, que incluso llegan muy bien a la fiesta de la adrenalina. Nedovic ha vuelto a ser el jugador franquicia, Alberto crece a pasos agigantados, Brooks demuestra al fin el acierto de su fichaje, Musli domina la zona como quiere y sólo falta que los más nuevos terminen de acoplarse y aceptar su rol, como Waczynski o Alen Omic. Eso y que despierten de su letargo los Fogg, Jamar o Dani Díez son argumentos más que notables para soñar con un triunfo que los malagueños tienen al alcance de la mano.
Enfrente, un Barça herido en su orgullo, dolido por la ausencia de su capitán, Navarro. Bartzokas y los suyos vienen enfadados por la multa económica que le han impuesto desde arriba. Y eso les ha tocado el bolsillo, que fastidia, y el orgullo, que hiere aún más. Y por eso es incluso más peligroso si cabe. Un banquillo infinito, un perímetro envidiable, un interior de envergadura y calidad. Y sus miedos, los que le están haciendo completar una temporada nefasta en Europa que sólo arreglaría un título como la Copa del Rey. No la pueden dejar escapar, pero saben que el Unicaja es también capaz de lo mejor. No se fían y hacen bien.
A partir de las 21.30 se comprobará cuál de los dos equipos es semifinalista de la Copa del Rey.