UNICAJA, GRACIAS POR ESTA TEMPORADA

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Sergio Llull fue imparable en la prórroga para Unicaja. ACB Photo/M. Pozo

@CesarRadioMARCA | Fue épico pero no suficiente. Fue grandioso pero no bastó. El Unicaja volvió a plantar batalla al Real Madrid, a forzar una prórroga, la segunda de la eliminatoria, pero allí dijo basta ante el poderío físico y técnico del increíble Llull, y terminó, muy a su pesar, hincando la rodilla por 79-89.

 

El partido tuvo de todo lo que uno puede esperar de un partido de play off. Se sabía que los de Laso tenían ganas de revancha. La humillación que sufrieron en el tercer partido había sido demasiado fuerte como para dejarlo ir. Así que salieron desde el inicio enchufados y superando en todas las facetas a un Unicaja demasiado blandito, donde solo Ryan Toolson mantenía a el nivel con 8 puntos.

 

También tuvo el encuentro una gran remontada. La que protagonizaron los malagueños en una lucha sin cuartel para que, primero, el Madrid no se escapara en el marcador, y segundo, para ponerse por delante. Algo que sólo consiguió a 1`07” del final del tercer cuarto con 53-52. Para ese entonces, Plaza ya había recibido hacía mucho una injusta técnica por invadir, según el ojo de águila de García González, el campo. Laso también la recibió después, pero porque ya clamaba al cielo la desvergüenza del susodicho colegiado. Si el Martín Carpena fue el sexto jugador del Unicaja, García González lo fue del Madrid.

 

Por fortuna, en el último cuarto sólo se vio baloncesto. Quizás no fue tan espectacular como el anterior, pero sí más emocionante, más intenso. Hubo momentos, como en los primeros cuatro minutos, en los que los blancos, con dos triples de Sergio Rodríguez, parecían irse en el marcador. Pero al instante aparecía Suárez con un triple o Granger, con sus primeros puntos, o Toolson con sus facilidad de anotación, para igualar las cosas.

 

Así se llegó a los últimos segundos. Con 72-73 a 23`8 segundos para el final, Fran Vázquez recibió una falta. Por desgracia, sólo anotó el segundo. La última posesión se la pidió Rudy, que la acabó de manera desastrosa, como casi todo su partido, con un triple con oposición y a ocho metros. Prórroga.

 

Y en el tiempo extra, con un Martín Carpena entregado, con una marea verde que inundaba cada centímetro cuadrado de la cancha, Unicaja tuvo varias jugadas para ponerse por delante, pero las desaprovechó una y otra vez. Entonces apareció Llull y la historia ya la saben. Ganó el Madrid, que se convierte en el primer finalista de la ACB. Pero también ganó el Unicaja porque recuperó su más preciado tesoro, su afición.

 

Hasta la temporada que viene que esto promete volver a ser lo que era. Gracias equipo, gracias afición.