@Danielnz97 || El Málaga CF volvió a empatar en casa. Era el único de la Segunda División que aún no lo había hecho. Blanco o negro; victoria o derrota; alegría o tristeza…Hasta el viernes, cuando volvió a reinar el gris y el sabor descafeinado de un 1-1 más agrio que dulce y más negativo que positivo, tanto por el rival como por las formas. La Rosaleda, acostumbrada hasta noviembre a ver ganar a su equipo y a no ver a los contrarios celebrar goles que valen puntos, ya no es una apuesta segura desde la visita del Granada, que fue un espejo para Reus y Almería, que son los otros dos que encontraron premio -el primero más que el segundo- de su visita a Martiricos.
Desde el 27 de enero de 2018 no se daba un empate en La Rosaleda. Los malaguistas se acostumbraron, hasta agosto, a ver perder a los suyos. Y en los últimos meses, a celebrar triunfos. Sin punto medio. Tuvo que llegar el Almería para, recién superado por solo cinco días ese aniversario, sacar un punto de su visita a Málaga y repetir así lo que logró el Girona por aquel entonces en un partido que acabó sin goles y en el que el Chory Castro fue expulsado en el minuto 78. El próximo rival de los blanquiazules, la Unión Deportiva Las Palmas, aterrizará en la Costa del Sol con la obligación de ganar para volver a postularse como uno de los candidatos al ascenso.
