@JuanjeFernandez || Ya es una realidad y no una apreciación. La Rosaleda ha desconectado con su equipo. Se pudo ver en el choque ante el Lugo con 12.000 aficionados en la grada y se pudo ver de nuevo ayer en el duelo ante los almerienses con la segunda peor entrada del año alcanzando solo los 13.300 espectadores en las gradas de una Rosaleda que ya nada tiene que ver con la bombonera de las primeras jornadas de Liga que fue capaz de asustar a todo un Albacete y ayudar al equipo a remontar un marcador en contra en apenas tres minutos.
Algunos ponen como excusa el frío o la lluvia de estos dos últimos partidos en casa. Otros hablan de los horarios como elemento discordante para que la gente no vaya al campo. Pero la realidad muestra que el aficionado malaguista y, lo que es peor, concretamente el abonado no va al campo. Las cifras oficiales del club hablan de unos casi 20.000 socios que deberían estar en la grada cada fin de semana. Pero la realidad dice que salvo el partido contra el Granada, encuentro en el que hubo un desplazamiento de 1.500 aficionados visitantes, el tope no se ha superado en ninguna ocasión.
Ni siquiera el llamamiento de Muñiz en la previa del partido ha servido para que los seguidores malacitanos arropen al equipo en un partido donde el Málaga se jugaba dormir como líder de la categoría. El asturiano no atinaba ante los medios a explicar lo que ocurre pero el próximo domingo ante Las Palmas habrá una nueva oportunidad de ver si la desconexión ha llegado a un punto de no retorno o todavía puede que veamos a la mejor Rosaleda del año.
