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MUNIR FUE EL REY MAGO (1-1)

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Luis Hernández junto a Munir y el colegiado // LaLiga

@Danielnz97 || El Málaga, que ya recibió carbón la temporada pasada cuando el Reus le borró del mapa con un 0-3 de oscuro recuerdo, dejó un tibio regalo a su afición con un empate que puede saber a poco tras lo visto en los 90 minutos de partido. El equipo de Víctor dio una versión mucho mejor a la ofrecida por el cuadro aún defendido entonces por Muñiz. Pero en este caso sí hubo consuelo. Jugar antes de que Melchor, Gaspar y Baltasar dejó, al menos, un empate (1-1).

 

Y el partido sucedió solo un día después de la rajada de un visiblemente enfadado y decepcionado Víctor Sánchez del Amo, que señaló, aunque de forma implícita, a Al Thani, Shaheen e incluso a Caminero y Jofre. El rebote del entrenador, aquejado de que la plantilla vaya a perder credenciales de cara a la segunda vuelta, coincidió con la primera titularidad de Ramón Enríquez, principal novedad del once.

 

Con Antoñin y Sadiku a los mandos, el Málaga amedrentó al Oviedo. Un espejismo inicial que no tuvo continuidad. Menos de la que tuvo Cortina, que abandonó el campo por un fuerte golpe. Lolo entró y chocó con Munir, al que las asistencias tuvieron que recuperar con inmediatez. Y poco después volvió a ser protagonista de nuevo el marroquí, quien se anticipó unas cuantas horas a la noche mágica del año y concedió el primer regalo antes de alcanzar las 21:30 horas.

 

Pudo frenar la arrancada de Sangalli un tímido Ramón, que decidió no hacer falta y dejar correr al jugador ovetense. Este, con su dosis necesaria de fortuna, aprovechó el fallo del guardameta malaguista para celebrar el primer tanto del choque. Javi Mier, que pudo ser héroe y acabó siendo verdugo (contiene spoiler), buscó el segundo poco antes de alcanzar el descanso, al que se tardó cinco minutos más de lo normal, en parte, por un golpe que recibió Diego, quien parecía que no iba a poder seguir -se puso un vendaje rosa-, pero al final acabó el encuentro.

 

De nuevo Mier pudo poner el segundo. Jugada que precedió de un error grave de Mikel Villanueva. El Oviedo, cómodo donde los haya, no vio venir el empate del Málaga, que tiró por primera vez a puerta tras el paso por los vestuarios. Keidi Bare se atrevió desde lejos, pero Champagne lo tuvo fácil para abrazar el balón con sus manos.

 

Y pasada la hora de juego, en una falta lejana que botó Dani Pacheco, llegó una de las acciones que dinamitó el partido y que, además, le concedió al Málaga un válido, importante y también insuficiente punto. Mano clara que revisó Ortiz Arias, avisado por Vicandi Garrido. Armando Sadiku cogió las riendas y, engaño a Champagne mediante, no falló desde los 11 metros.

 

Aunque el partido no tuvo excesivas ocasiones, tanto uno como otro pudieron desequilibrar la balanza en los minutos finales. Carlos Hernández perdonó tras un saque de esquina y Sadiku, que acabó con mucha sangre en el rostro, tuvo también otra. El VAR fue protagonista una vez más con dos posibles penaltis, uno en cada área, que no fueron señalados por el colegiado, aunque el que favorecía a los de Víctor sí que parecía serlo. Así, el 1-1 no se movió y Málaga y Oviedo permanecieron unidos, veremos hasta cuándo, con los mismos puntos (23).

 

REAL OVIEDO: Champagne; Juanjo Nieto, Carlos Hernández, Christian, Mossa; Edu Cortina (Lolo González, min. 17), Javi Mier (Ibra Baldé, min. 72), Jimmy; Sangalli, Bárcenas y Ortuño (Obeng, min. 89).

 

MÁLAGA: Munir; Cifu, Diego González, Luis Hernández, Villanueva; Renato (Juanpi, min. 81), Ramón (Hicham, min. 60), Keidi Bare; Pacheco (Benkhemassa, min. 90+6), Antoñín y Sadiku.

 

GOLES: Sangalli, tras un grave fallo de Munir (0-1); Sadiku, de penalti en una acción revisada por el Var.

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