SIN CURA A LA DEPRESIÓN (1-2)

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Osasuna celebra el gol de la victoria // LaLiga

@Danielnz97 || Se preguntaba Muñiz en sala de prensa que qué era eso de la ambición y que quién lo decía. Ni más ni menos que la propia afición replicaba la falta de hambre del equipo. Los propios jugadores definieron en la primera mitad, sin diccionario mediante, qué significaba esa palabra que el asturiano decía, con mucha ironía, no comprender. El Málaga comenzó el partido incesante, guerrillero e impasivo. Demasiado en juego como para especular y dejar que sea Osasuna quien domine en tu propia casa y ante una de las mejores entradas de la temporada gracias a la campaña pro universitaria del club (22.178 espectadores).

 

Quizás fue la situación de urgencia -el ascenso directo quedaba a seis puntos-; quizás fue la aparición de Ontiveros en el once titular tras más de tres meses. El marbellí provocó la primera ovación con un sombrerito sobre Vidal que acabó en disparo a las manos de Rubén. Antes lo había intentado Leschuk, muy activo en los 45 minutos iniciales. Luego sonó por megafonía el aviso de que no hubiera insultos y gran parte de la grada silbó para después seguir con la misma cantinela. Marcó Adrián González al cuarto de hora tras recibir un gran pase de Blanco, que se benefició de una genial asistencia de N’Diaye. Siguió con la misma receta el Málaga hasta que el encuentro se convirtió en una espiral de amarillas: Vidal, Ontiveros, Adrián y Clerc en solo un rato.

 

También la vio después, aunque desde el banquillo, el guardameta Sergio Herrera. Tampoco se la perdonó Díaz de Mera tras pitar el final del primer tiempo a Ricca y Fran Mérida por una tangana que se produjo justo después del silbido del colegiado. Apenas peligro tuvieron las posesiones de Osasuna. No reaccionó al gol y ni siquiera hizo el ademán de buscar el empate. Los malaguistas bajaron las pulsaciones durante unos cuantos minutos pero acabaron en lo más alto. Gran jugada de N’Diaye por banda derecha para, con dificultades, asistir a Renato Santos dentro del área. Ontiveros, totalmente solo, la pedía a dos metros del portugués, que decidió definir -mal- y enviarla fuera. El extremo ee Marbella entró en cólera y la afición se desesperó en la última acción del primer tiempo.

 

Con una fantástica jugada entre Renato e Iván que acabó en córner comenzó el segundo acto de una obra con desenlace fatídico. La afición, bocadillo en mano y sensación de éxtasis mediante, se ilusionó en lo que parecía que podía ser la continuidad de una enorme primera mitad. Pero fue en la contra de ese saque de esquina cuando la decepción y el coraje -sobre todo por esa acción de Renato al borde del descanso- se hizo evidente en La Rosaleda. Rubén García comenzó la carrera prácticamente en el centro del campo y recorrió los 50 metros lisos para plantarse ante Munir y definir de maravilla. Empate a uno en la primera oportunidad de peligro para los rojillos.

 

Giro dramático para cambiarlo todo. Osasuna, por la propia inercia del resultado, apareció en escena después de tres cuartos de hora sin mostrar nada. El Málaga tardó en asimilar un golpe que ni el aficionado pamplonica más optimista podía esperarse. Los blanquiazules mejoraron, aunque muy lejos del nivel ofrecido antes del descanso. Y el partido empezó a pender de un hilo muy fino. Los de Muñiz se fueron desquebrajando poco a poco. Los visitantes encontraron espacios ante un equipo que en muy pocas ocasiones había mostrado síntomas tan claros de rotura. Y aunque no fue precisamente en una de esas, Juan Villar recibió en el área un genial pase entre líneas para anotar el segundo. Jugadores y afición esperaron que el asistente levantara el banderín, pero el tanto de Villar, que estaba en posición correcta, subió al marcador.

 

Pedía cambios desde hacía un rato el Málaga. Muñiz decidió aguantar y no hacerlos hasta el segundo de los pamplonicas. Seleznov, Mula y Harper entraron a la desesperada para buscar la igualada. Renato, Ontiveros y Keidi se fueron al banquillo para dejar el sitio a tres hombres con las piernas frescas. Solo destacó tras los cambios un disparo de Seleznov por el que se pidió penalti. Salvó Munir el tercero con dos parada a Villar. Sin recursos y ya casi sin ideas, con el lamento de las ocasiones desperdiciadas en la primera mitad -sobre todo la última- dijo adiós a los tres puntos el conjunto de Muñiz, -al que la afición le pidió “huevos” al final del choque-. A siete de Osasuna y a seis de Granada, el ascenso directo queda aún más lejos tras la derrota (1-2).

 

MÁLAGA: Munir; Iván Rodríguez, Luis Hernández, Pau, Ricca; N’Diaye, Keidi Bare (Mula, min. 77); Renato Santos (Seleznov, min. 77), Ontiveros (Harper, min. 80); Adrián y Blanco Leschuk.

 

OSASUNA: Rubén; Nacho Vidal, David García, Unai García, Clerc; Oier, Fran Mérida (Íñigo Pérez, min. 64), Roberto Torres; Rober Ibáñez (Brandon, min. 70), Rubén García y Villar (Aridane, min. 86).

 

GOLES: Adrián González (1-0), Rubén García (1-1) y Juan Villar (1-2)