@Danielnz97 || En La Romareda llegó la primera alegría del 2019. Han sido pocas, pero aquellos puntos fueron un consuelo para la afición malaguista tras la debacle contra el Reus (0-3). Aquel 13 de enero logró superar el conjunto de Martiricos a los maños, por aquel entonces mucho más cerca del descenso. Ahora, virtualmente salvado tras un buen acelerón al final del curso, llega a La Rosaleda con los deberes prácticamente hechos para medirse a un rival que aspira a ser tercero y que aún no ha certificado su presencia en los playoffs.
El triunfo en la capital de Aragón supo bien pero no convenció. Lo de Reus no se iba a olvidar tan pronto. Tampoco acompañó el juego que el equipo de Muñiz desempeñó en aquella ocasión. Los visitantes apenas tuvieron oportunidades de ver puerta; sin embargo, fueron contundentes y efectivos. Y eso bastó para sumar los tres puntos. Ricca, que había marcado el último tanto del 2018 en el choque en La Rosaleda ante el Cádiz (1-0), abrió el partido con una diana justo cuando se cumplía casi la media hora de juego. Ese fue el primero gol del 2019 para el Málaga. El segundo lo convirtió Adrián en el 82' y sirvió para establecer la sentencia.
La clasificación era bien distinta tras aquellos tres puntos conseguidos. De esta forma, el Málaga alcanzaba el puesto de bronce. A solo uno del Granada y del Albacete, ambos con cuatro decenas. El objetivo era, sin duda, ascender de forma directa. El Osasuna era sexto (¡sexto!). Y a día de hoy ya está en Primera División. Estaba a cinco del liderato y no parecía un candidato tan serio. Empezaba a dar síntomas, pero ni mucho menos se podía esperar que podía estar en el mes de mayo de regreso a la élite. Por su parte, el Zaragoza estaba solo un punto por encima de la permanencia y con el temor de caer al ostracismo, la oscuridad y el destierro de la Segunda B.