LA AFICIÓN ACEPTA PULPO COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA, Y ADEMÁS…

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Las últimas tres temporadas en el Málaga han sido para nota. A saber: clasificación para la Champions League tras pasar la previa los entonces jugadores de Pellegrini, que casi llegan a las semifinales. Corrijo. Hubiesen llegado si un lamentable escocés llamado Craig Thomson y sus aún más penosos ayudantes no le hubiesen robado al cuadro malagueño la clasificación.

 

Esa misma temporada el equipo finaliza sexto en la Liga de las Estrellas. Extraordinario.

 

Y, por último, la pasada, los de Bernd Schuster lograron la permanencia y se quedaron a seis puntos de jugar en Europa… claro que también a seis puntos del descenso.

 

Durante todo ese tiempo al cuadro blanquiazul no le ha quedado más remedio que vender jugadores de gran nivel o dejarles irse libres por las deudas contraídas con ellos, en otras palabras, se ha descapitalizado de forma importante y significativa.

 

La temporada que está a la vuelta de la esquina, pese al brillante verano hasta ahora, es una incógnita. Javi Gracía se ha ganado a pulso el beneficio de la duda con su trabajo y las sensaciones tan positivas que va mostrando el equipo amistoso tras encuentro amistoso. La conquista de la Schalke Cup ha sido un éxito redondo e inesperado por el gran fútbol que los malaguistas han desplegado, aunque aún es pronto para sacar conclusiones demasiado halagüeñas. Hay que ser pacientes.

 

Donde no debe haber más paciencia es en la explicación y señalización de los responsables de una nefasta gestión que nos ha llevado hasta esta situación. Vicente Casado y/o Manolo Novo, artífices del milagro de la no desaparición del club, deben explicar con pelos y señales quiénes nos han traído hasta aquí. La afición ha aceptado pulpo como animal de compañía, así como las medidas adoptadas, pero quiere conocer los nombres de los nefastos gestores y los números económicos de los contratos que firmaron para acabar llevando al club a la ruina.