MAGNÍFICO IBIZA GRAN HOTEL. ESTRADA, A LA NEVERA

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Por respeto a mi buen amigo Raúl Sierra, director general del espectacular Ibiza Gran Hotel, y a la inestimable colaboración de José Díaz, responsable de gestionar y atender las reservas del mismo, unido todo ello a la magnífica profesionalidad de las personas que le atienden a uno en recepción y en otras dependencias, como Candela, una joven sevillana de exquisita educación y amabilidad, quiero iniciar esta opinión del segundo encuentro del Málaga en Liga hablando del Ibiza Gran Hotel y no del personajillo con silbato que ayer arruinó una bonita noche de fútbol en Mestalla.

 

Porque Estrada Fernández es de los que te puede amargar el desayuno, aunque este sea, como en este complejo hotelero, sobresaliente a todos los niveles y, por tanto, inmejorable. Raúl Sierra ha encontrado la llave adecuada para abrir la siempre complicada cerradura de un hotel de lujo en Ibiza. Se le debe dar la enhorabuena más sincera.

No soy hombre de elogios gratuitos y de ponerle paños calientes a las cosas. Con frecuencia, más de la debida normalmente, suelo llamar al pan, pan; y al vino, vino. Lo que se vivió anoche en Mestalla fue un robo a `silbato armado` del lamentable, vergonzoso, esperpéntico, inaceptable, indecente `colegiado`  Estrada Fernández. Ignoro si un país que rescata a un banco al que un club, VALENCIA CF SAD, le debe una pasta gansa, tiene luego la obligación o necesidad de que la apuesta económica de un nuevo empresario salga bien y en lo deportivo se deba masacrar arbitralmente a los rivales para que cuadren las cuentas; ahora bien, lo que sí tengo claro es que ayer al Málaga LO MACHACARON.

Estrada Fernández, desde ahora para la afición malaguista una persona `non grata`, le robó con sus penosas y execrables decisiones el encuentro al club costasoleño. Primero, decretando una expulsión injusta a todas luces de Sergi Darder que se cargó un precioso encuentro que los de Javi Gracia tenían perfectamente controlado. Después, concediendo un penalti inexistente de Weligton cuando los de Mestalla ya ganaban uno a cero. Rizó el rizo anulando un gol legal a los boquerones al inicio de la segunda mitad, lo que desembocó minutos más tarde en el 3-0 valencianista.

Pocas veces en el mundo del fútbol se puede ver un arbitraje tan parcial y descarado a favor de un equipo como el de ayer en la ciudad del Turia, aunque a los costasoleños ya les han robado varias veces ahí. El Comité de Árbitros debe meter en la nevera a este peligro andante con silbato y el fútbol español hacérselo mirar seriamente. La Liga de las Estrellas, con elementos como este caradura, no pueda exportar nada razonable. Claro que son los mismos canallas que descienden al Murcia y mantienen en la categoría al Valencia, que debe hasta de callarse.