UN ROMPECABEZAS NADA SENCILLO DE ENCAJAR

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Cuando las deudas acucian a cualquier empresa la primera medida seria y necesaria es llevar a cabo un reajuste económico y presupuestario  que le permita equilibrar  las cuentas entre ingresos y gastos para no endeudarse más, al tiempo de tratar de ir pagando parte de la deuda generada. En esta situación está desde hace tres temporadas el Málaga, desde que los gestores de la inversión inicial del Sheikh Abdullah Bin Nasser Al Thani la dilapidaran de forma insensata, ocultándole después los tremendos errores cometidos dándole huidas hacia adelante en lugar de dar solución a sus desmanes.

 

El `muerto` les ha cayó de golpe y porrazo a Vicente Casado, Manolo Novo y Mario Armando Husillos. Entre los tres tratan de encontrar solución a un rompecabezas de difícil encaje y aún de peor explicación a la parroquia malaguista.

Esta pretemporada han tenido que vender a Willy Caballero para abonar cantidades que le adelantó la LFP, correspondientes a derechos televisivos, favor que se le adeuda a Javier Tebas. Con este dinero, más la venta de Jesús Gámez y Eliseu y el ahorro de la ficha de los tres, los malaguistas han vuelto a sacar el cuello del agua. Pero que no se engañe nadie, el club costasoleño está lejos de haber solucionado sus problemas económicos y aún menos de evitar que estos repercutan en la parcela deportiva de la entidad. 

 

De ahí la importancia y el papel relevante de Casado y Husillos al no mal vender a Sergi Darder al Oporto. Los portugueses, habituados a pagar poco por los fichajes y ganar mucho con sus ventas, habían visto un negocio fácil con el joven valor de la Academia de Manel Casanova. Los dirigentes saben de la dificultad que va a haber ahora para cerrar bien el ejercicio económico y de la obligación de darle salida a algún otro jugador en el mercado invernal o el próximo verano, quizás al propio Darder, pero por mucho más dinero.

 

El último día de mercado todos ellos dieron un ejemplo de saber manejarse en la negociación con los lusos. Ahora, como en el fútbol, patada a seguir al balón y a continuar jugando.