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El partidazo de Joaquín Muñoz y Rahmani ha eclipsado al buen encuentro que hicieron otros de los jugadores malaguistas en el Fernando Torres de Fuenlabrada. Es cierto que el gol de la victoria fue cocinado por estos dos jugadores, pero lo real es que el Málaga se apoyó en otros pilares para conseguir el triunfo que le da ya los 25 puntos, la mitad de la permanencia. Uno de esos nombres propios fue el de Mohamed Benkhemassa. El argelino recorrió 11,8 kilómetros en el partido contra el cuadro madrileño. Un despliegue brutal para uno de los jugadores más cuestionados de la plantilla blanquiazul.
11.800 metros son el equivalente a unos 17.900 pasos, haciendo una media estimativa. Un esfuerzo de mucho nivel para el mediocentro argelino. Benkhemassa estuvo en todas partes y completó los 90 minutos del partido haciendo la vida más fácil a sus compañeros. Es cierto que con el balón en los pies estuvo algo peor, pero incluso así mejoró muchos de sus registros de anteriores partidos con un 79% de los pases acertados. Tercer partido completo del curso para un Benkhemassa que no lo hacía desde la tercera jornada y que ha sido titular en los dos últimos triunfos fuera de casa del cuadro malacitano.
Piedra clave en defensa
Benkhemassa ha pasado de ser un jugador apartado y criticado a meterse en la dinámica del equipo y ser uno más. El centrocampista ya no desentona tanto sobre el césped. Solo queda un punto a corregir, esas entradas que a veces hace a destiempo y que le han costado algún susto al cuerpo técnico. Con tres amarillas y una roja, Benkhemassa lleva también cuatro cartulinas amarillas provocadas en los rivales. Un dato que equilibra la balanza y que coloca al argelino en disposición de ser tratado como un posible titular más este curso. Benkhemassa ha pasado de estar descartado, así se lo llegaron a comunicar, a ser uno más en una de las plantillas que más alegrías están dando a la afición malaguista en los últimos tiempos.
Ramón y Benkhemassa celebran el cero a dos