CRÓNICA || El fútbol de barro se come a un horrible Málaga en Melilla

Triste derrota del Málaga en Melilla. Los blanquiazules volvieron a mostrar la peor cara de la temporada fuera de casa. Mal juego y una defensa que fue un colador en el segundo tiempo. El Melilla se llevó el gato al agua con un gol en fuera de juego en un partido donde no mereció nada. La derrota vuelve a evidenciar los problemas fuera de casa en 2024 y la dinamita preocupante de Pellicer y los suyos en el estilo de juego. 

El Málaga salió al Álvarez Claro con cierto delay. Los blanquiazules tenían problemas para bajar el balón al barro. La UD Melilla no iba a la presión y con el paso de los minutos el Málaga se hacía claramente con el balón. Las ocasiones no llegaban, pero una internada de Roberto acabó con derribo del delantero dentro del área y un posible penalti que bien podría haber sido señalado por Holgueras Castellanos, arbitro del partido. Era el minuto diez y los de Pellicer tenían el partido controlado. 

Melilla bien vale una mili y esa es la que tiene en el fútbol hecha un tal David Ferreiro. El extremo sacó su veteranía a pasear y las jugadas de peligro llegaban con la conexión que formaban el gallego y Jokin Gabilondo. El equipo malaguista solo llegaba con claridad a balón parado. El Málaga era muy dominador, pero todas las avanzadillas ofensivas de los costasoleños morían en la frontal del área, para desesperación de un Roberto de nuevo muy solo arriba. En el país de los ciegos, Dani Lorenzo y su clase eran de lo mejor de los boquerones.

Otra vez el balón parado era protagonista del ataque de los de Pellicer. Juande casi batió a Montoya rematando con la izquierda un centro desde la zurda de Víctor García. Era la mejor ocasión del partido en el patatal del Álvarez Claro. El Málaga ponía ganas, pero no era suficiente ante un Melilla que había renunciado a atacar en este primer tiempo. En la recta final del primer acto solo hubo que destacar una amarilla, algo rigurosa, a Víctor García que obligó a Pellicer a cambiar los planes. El pitido que anunciaba el descanso solo servía para avisar de que al Málaga sólo le quedaban 45 minutos para tirar el muro melillense, (0-0). La UD Melilla se empleaba duro y sus tarjetas rozaban el naranja.

Tras el descanso el guión fue parecido. Roberto seguía solo arriba y el Melilla aprovechó para cambiar a los que tenían amarilla y seguir defendiendo el cero a cero. El Málaga era mejor, pero la más clara iba a ser del Melilla. José Enrique falló un pase de la muerte en el área pequeña con un Alfonso Herrero que ya estaba batido. El gol estaba cantado y hasta los recogepelotas del cuadro local se tiraban de los pelos con el error del delantero azulillo. Era el 55 y el Melilla iba a más con los cambios y el paso de los minutos. 

Eran los peores momentos del Málaga. Alfonso Herrero se puso el disfraz de héroe para sacar un mano a mano con Sergio Pérez. La defensa malaguista hacía aguas y los nervios en el estómago de la afición y los jugadores tomaban el control. Las sensaciones no eran buenas. Después de una hora atacando el Málaga podía ir perdiendo perfectamente por dos a cero. El Melilla empujaba espoleado por el resultado del Atlético Baleares. Los de Pellicer se sacudieron el dominio con una contra de Kevin que acabó en disparo muy desviado.

La tragedia se hizo realidad en una jugada que acabó en el gol del Melilla. Balón parado y remate en fuera de juego de Siddiki que hizo justicia al mal juego malaguista. El Málaga no se enteraba de por donde venía el aire del partido y entraba en bucle. Mal juego, malas decisiones y reacción tardía de Pellicer. A remolque llegaban unos cambios que no aportaban aire fresco al juego del equipo. El Málaga estaba embarrado y sin ideas. Las entradas de Avilés y Juan Hernández eran testimoniales. No hubo reacción ni nada parecido para un Málaga que acabó colgando balones sin ideas e hincando la rodilla en el campo del penúltimo.