Dos espejos a los que el Málaga se mirará este curso

El Málaga asume a cada día que pasa la realidad del descenso de categoría. La afición blanquiazul ya vive de cerca la división de bronce. Los malaguistas observan todavía a distancia los coletazos de una Primera RFEF que termina de dirimir cuáles serán los equipos que se dividan en dos grupos para la temporada 23-24. Mientras, los malaguistas se miran en dos espejos. El espejo del éxito y el del fracaso. En La Rosaleda miran hacia el Deportivo de la Coruña, que vivirá su cuarta temporada en la antigua Segunda B y el Amorebieta, de presupuesto reducido y con la capacidad de volver a ascender a las primeras de cambio.

Kike Pérez y Loren Juarros tienen a donde mirar de cara al próximo curso. Muchos son los que comparan el descenso del Málaga con el vivido por el Dépor hace algunas campañas. Los gallegos llevan tres temporadas siendo el equipo a batir en la Primera RFEF. En el cuadro de Martiricos saben que la temporada que viene van a estar esperando al Málaga en todos los campos de la categoría. En la Costa del Sol se ve con miedo lo que ocurre en Riazor. El Dépor tiene detrás un patrocinador potente y ni por esas ha conseguido el objetivo. Las últimas horas en el cuadro gallego han sido realmente tetricas. Sin embargo, en Málaga se seguirá un curso más administrado por la justicia, con todo lo que eso conlleva. 

Los gallegos han tenido 8 millones de euros de presupuesto para esta campaña, mientras que en el Málaga se habló de dos millones para la plantilla en el peor de los escenarios. Es ahí cuando el club boquerón echa la vista a Bilbao. Allí está el Amorebieta. Los vascos fueron compañeros de viaje en Segunda la temporada pasada y a diferencia del gigante coruñés han sabido reconducir la nave a las primeras de cambio y con uno de los presupuestos más bajos de la categoría (3,2 millones para todo el club). El Racing de Ferrol es otro ejemplo, los gallegos han subido con solo medio millón de presupuesto para la plantilla. El Málaga tiene a dónde mirarse antes de arrancar la aventura del fútbol de bronce en una división que no hace prisioneros. Mientras, los malaguistas se miran en dos espejos. El espejo del éxito y el del fracaso.

José María Muñoz y Kike Pérez en la sala de prensa en La Rosaleda | MCF