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El Málaga está mostrando dos caras este curso. La del equipo local, algo inseguro que no remata los partidos y cede puntos, y la de visitante, un conjunto difícil de batir y capaz de ganar en los escenarios más complicados con una seguridad implacable. El duelo contra el Almería vuelve a ser la ocasión perfecta para que los boquerones saquen a relucir su mejor versión. Los rojiblancos son terceros pero en su campo han dejado escapar ya diez puntos. El Málaga es el mejor tercer visitante de la competición y guarda una carta bajo la manga. Cuando los blanquiazules han perdido en casa, hubo victoria en la siguiente salida. La capacidad de reaccionar de este Málaga siempre sale a flote fuera de casa.
Ocurrió tras el duelo contra Las Palmas que supuso el primer partido como local sin ganar. La afición criticó aquel pinchazo en el que el Málaga jugó casi todo el choque con uno más. La reacción del equipo fue ganar pocos días después en Zaragoza con los tantos de Chavarría y Caye Quintana. También hubo reacción tras la primera derrota como local contra el Espanyol. El Málaga se repuso y fue capaz de ganar en Sabadell con goles de Chavarría y Calero. Otro ejemplo más de reacción.
Después de la derrota con el Lega hubo triunfo en Girona y tras no ganar al Lugo llegó la victoria en Fuenlabrada. El mejor partido hasta ahora del conjunto de La Rosaleda esta temporada. Los goles de Rahmani y Ramón derrumbaron uno de los estadios más complicados de la categoría de plata. Solo hubo un pinchazo en casa que no estuvo precedido de victoria, el empate a uno contra el Mirandés. Aunque en esta ocasión el equipo no fue tan criticado como en otras. La capacidad de reaccionar de este Málaga siempre sale a flote fuera de casa.