Guede y el don de la palabra

Pablo Guede ha supuesto una revolución para el Málaga CF, su vestuario, el club a nivel interno y la afición. El técnico argentino ha sumado cuatro de seis puntos, pero la evolución del equipo va más allá de lo visto en el terreno de juego. Guede ha utilizado su don de palabra para intervenir más allá de lo estrictamente deportivo en un momento en el que el malaguismo estaba falto de liderazgo. Ni Manolo Gaspar, cuya infalibilidad es cosa del pasado, ni el administrador judicial, cuya palabra ya se pone en duda desde la afición, eran capaces de sostener con su voz la situación de la entidad de Martiricos.

Desde la salida de Pellicer, el Málaga se había quedado sin portavoz. Un entrenador en España debe hablar dos veces por semana. En la previa y después de cada partido. Ni José Alberto López, ni por supuesto Natxo González habían llegado a conectar con la afición malaguista. Por el destino y resultados de sus equipos tampoco lo consiguieron con sus vestuarios. Guede supone para el Málaga algo más que un entrenador. El Málaga CF ha recuperado la figura de un portavoz. 

El Málaga del argentino es el de los resucitados. El don de palabra de Guede con ese aire a veces tribunero, pero con trabajo detrás, ha sentado de lujo a la plantilla y a la grada. Guede gana y compite los partidos desde 7 días antes de que estos comiencen. El nuevo entrenador malacitano no lo ha negado desde el primer minuto. Ha estado hablando uno por uno con los jugadores, manteniendo conversaciones para tener una toma de contacto directa con ellos y medir su estado anímico. Un plan que ha funcionado tal y como desveló el propio Sekou Gassama tras el partido del pasado fin de semana contra el Leganés.

Guede, en plena charla con la plantilla del Málaga CF en La Rosaleda | Pepe Ortega: MCF