El partido del Málaga dejó algunas buenas noticias sobre el césped y otras que no por viejas son menos malas. El cuadro de Pellicer sigue sin estar afortunado de cara a portería rival. Dos goles, uno de penalti, en 360 minutos desde que comenzó la desescalada. Ante el Lugo, el equipo gozó de más ocasiones que en otros partidos, pero gozó de la misma escasa puntería de siempre. Donde sí se pudo notar una mejoría clara fue en la defensa. Los blanquiazules no sufrieron en atrás y completaron uno de los mejores partidos en ese aspecto desde que regresó la competición. La defensa de cinco de este Málaga en Lugo quizás tuvo mucho que ver en ello.
En el Anxo Carro el Málaga volvió a la defensa de cinco. Una formación ya utilizada por Víctor Sánchez del Amo en algunos de los tramos de comienzos de curso. El Málaga dispuso en Lugo una zaga formada por Juankar y Cifu como carrileros y tres centrales. Donde brilló el encuentro del canterano Juande. Su papel fue muy serio a pesar de que vio una amarilla que le pudo condicionar el resto del encuentro. Bien escoltado por Diego González y Lombán, que estuvieron en una línea aceptable.
Pellicer ha detectado que el equipo tiene una serie de problemas de cara al gol y que en partidos anteriores no han sabido mantener la ventaja, ya sea la del marcador como contra el Extremadura, o numérica, como con el Huesca. Con Luis Hernández y Luis Muñoz puede que esa defensa sea todavía más potente en las futuras jornadas. Así mismo lo dijo el técnico boquerón en sala de prensa cuando habló de recuperar jugadores. Un experimento que por fin funciona. Una defensa de cinco que ofreció en Lugo la versión más segura de un Málaga que ahora tiene arreglar de una vez la faceta goleadora. Sin gol difícilmente se puedan conseguir muchos puntos.
