Luismi Sánchez y la ‘cascomanía’ entre el malaguismo

En una plantilla en la que para el próximo curso se prevé mucho movimiento, el mayor acierto para Loren Juarros con los fichajes del Málaga CF esta temporada se llama Luismi Sánchez. El gaditano llegó de forma inesperada como agente libre tras dejar al Oviedo en puertas de ascenso a Primera y sin apenas hacer ruido, pronto se convirtió en una pieza fundamental para Sergio Pellicer. Aparentemente, en el campo es muy reconocible por jugar con casco. No obstante, Luismi Sánchez enamoró muy pronto a un malaguismo que respondió con una ‘cascomanía’ muy ingeniosa. Desde hacer un llamamiento al club para que pusiese a la venta cascos como el del centrocampista en la tienda, hasta acudir a La Rosaleda y desplazamientos con cascos o hacer muñecos en referencia a su figura como regalos.

En 2012, durante un encuentro entre el Sevilla Atlético y el Real Jaén, Luismi Sánchez vivió uno de los episodios más duros de su carrera deportiva. El centrocampista sufrió un fuerte impacto en la cabeza que derivó en una fractura craneal en la zona temporoparietal derecha. La gravedad de la lesión obligó a pasar por quirófano y, desde entonces, el futbolista ha incorporado a su indumentaria un casco protector que utiliza tanto en algunos entrenamientos como en los partidos oficiales. Esta medida de seguridad se convirtió en una constante en su trayectoria profesional tras aquel incidente y desde su llegada a Málaga ha generado esa ‘cascomanía’.

La última muestra de dicha ‘cascomanía’ se dio en el último enfrentamiento del Málaga en la Rosaleda frente al Sporting. Donde un chaval de 11 años acudió al estadio con el casco para pedir la camiseta del jugador, que terminaría dándosela al final del partido. Un episodio similar al partido en el campo de su antiguo club, el Real Oviedo, donde aún le guardan buena estima y también se pudo ver en la grada a un niño con casco y vestido del Málaga en cuya pancarta decía que le echaban de menos.