‘Match ball’ salvado y respiro en la semana más dura de Pellicer

Tres puntos y un alivio. El encuentro ante el Deportivo de la Coruña se convirtió en una final para el técnico malaguista por su futuro. Aunque él afirmase que sentía la misma confianza por el puesto antes que después del choque, en el mundo del fútbol, por fortuna o por desgracia, mandan los resultados. Proyectos continuistas pueden pegar un volantazo y cambiar sus cimientos si un equipo pierde cinco partidos. Por eso, con cuatro derrotas en la mochila, el preparador malaguista vivió el envite contra los coruñeses, desde el palco de Martiricos, con la posibilidad de que fuese el último. Afortunadamente para él, sus chicos respondieron sobre el verde con la mejor actuación de la temporada. ‘Match ball’ salvado y respiro en la semana más dura de Pellicer.

¿Puede ser un mensaje de la plantilla ante los rumores durante la semana que vislumbraban que el discurso del entrenador ya no llegaba? Puede ser. Lo que se vio ante los de Hidalgo fue un equipo superlativo. Una idea clara de fútbol que se prolongó durante casi los 90 minutos, firmando un partido completísimo y tumbando al único equipo invicto en el fútbol profesional español. Pellicer no solo ganó tres puntos que sacan al Málaga del descenso y apacigua las aguas, también demostró que su equipo sabe jugar, atacar, defender, tener la pelota, correr al espacio y, sobre todo, golpear con contundencia de cara a puerta. Otra vez, dos ‘niños’ procedentes de La Academia ‘salvaron la cabeza’ de Pellicer, como en Eibar la temporada pasada. Y eso es mérito del entrenador. Guste o no. Cuando juega mal, se le señala. Ayer se comió tácticamente al líder al líder de LaLiga Hypermotion.

Esta victoria es un soplo de aire fresco. Es una vida extra más que completa la barrita de confianza del equipo. No llega al 100 aún porque cuatro derrotas no se palian con una victoria, pero mantienen a las mismas personas en los mismos despachos, que no es poco. En Butarque el domingo que viene se tiene que refrendar. No se puede pasar del infierno al cielo por un partido. En la décima jornada liguera, los boquerones deberán darle continuidad a lo visto contra los gallegos. Si no, de nada habrá servido y de nuevo estará «la brisa del huracán» entre nosotros. El propio Pellicer, en sala de prensa, hacía una reflexión sobre vivir con la eterna incertidumbre y runrún sobre la figura del míster y lo hacía de forma muy contundente: «Si tengo que continuar de esta manera con ese… si la derrota, si el entrenador u otras situaciones… lo mejor es hacerlo ya. Esto es así«.

A tenor de esa incomodidad que supone trabajar durante una semana y ver titulares que apuntan a que si no ganas, estás fuera, Pellicer niega la dureza de la misma sobre su persona y apunta a sus seres queridos: «Para mí no ha sido dura, lo ha sido para mi gente. Yo me mantengo al margen«. Después afirmó que «mi familia es de aquí y mi hija no ha podido venir al partido. Eso no puede ser, aunque lo entiendo«.

Dicho esto, la confianza en un entrenador, igual que vuela con las derrotas, vuelve con las victorias. Una serie de buenos resultados volverían a traer la paz de las tres primeras jornadas y el entrenador ve a su equipo capacitado para ello: «Hemos sido muy firmes y determinantes, y lo que pasa en área y área lo hemos hecho muy bien. Goles que vienen de presión y robos que nos faltaban en otros partidos. La acción del primer gol la hemos visto otras veces, pero hoy aparece el talento individual de Joaquín. Estoy muy contento por el rendimiento de los chicos. Si mantenemos esto, seremos un equipo muy díficil de la categoría«.